26.8.13

La rebelión del Gaucho Rivero


 En las cercanías de la ciudad de Boston, Estados Unidos, se ubica el poblado de Lexington, lugar donde se llevó a cabo el primer combate de la Guerra de Secesión de aquél país, hacia 1775. Un navío de guerra norteamericano yace en las costas del lugar: es la fragata USS Lexington, una de las tantas que llevan el mismo nombre de aquella que en diciembre de 1831 destruyó casi por completo las defensas argentinas asentadas en Puerto Soledad, Islas Malvinas, cuando gobernaba don Luis Vernet. Una placa recuerda este cobarde episodio en el sitio nombrado.

 Los invasores, entonces, ocuparon los edificios principales, incendiaron la pólvora acumulada del lugar, saquearon propiedades privadas y apresaron a veinticinco pobladores para averiguar quiénes habían osado detener unos buques balleneros estadounidenses que cazaban de manera ilegal. Con irreverencia, Silas Duncan, el comandante de la Lexington, expresó que las islas pertenecían “al mundo”. No será esta acción un hecho aislado ni mucho menos. A lo sumo habría que decir que Duncan fue el primero de una serie larga de piratas y depredadores de ultramar que intentaron apoderarse de nuestras islas Malvinas. Tres intentos más, los de la goleta Dash, el cúter Sussanah Anne y la goleta Exquisite, de bandera yanqui, imitaron el triste ejemplo de Duncan al saquear la ganadería malvinense hasta hacerla prácticamente desaparecer.  Las declaraciones de aquél, aludiendo la supuesta “universalidad” de Malvinas de seguro ayudaron a alentar las tres acciones ilegítimas.

 La intermitencia de los ataques impidió, por ende, fortalecer la presencia argentina en Puerto Soledad, lo que permitió una vertiginosa sucesión de gobernadores político-militares sin que se pudiera restablecer el orden adecuado para ejercer con solvencia la soberanía nacional. Luis Vernet, el primer comandante político y militar de Malvinas, ungido como tal por el gobierno de Buenos Aires, se aleja de la isla Soledad y fija rumbo al puerto de Buenos Aires, dejando el mando al sargento mayor de Artillería don Francisco Mestivier.  Así lo manifiesta el decreto del 10 de setiembre de 1832, emanado del Ministerio de Guerra y Marina, el cual decía: “El gobierno de Buenos Aires, hallándose en ésta el comandante político y militar de las islas Malvinas y sus adyacentes en el mar Atlántico, don Luis Vernet, y no pudiendo aún regresar, ha acordado y decreta: 1º) Queda nombrado interinamente comandante civil y militar de las islas Malvinas y sus adyacentes en el mar Atlántico, el sargento mayor de Artillería don Francisco Mestivier”.

 Poco va a durar Mestivier como gobernador, pues un motín de dudosa procedencia termina matándolo en diciembre de 1832. Como buen militar que era, Francisco Mestivier repuso el orden y la soberanía argentina en Puerto Soledad, fortificó las defensas e hizo enarbolar nuevamente el Pabellón Nacional.  Los peones obedecían correctamente las órdenes y fueron tratados con todo respeto. La situación, sin embargo, volverá a caer en una anarquía atroz.  Habiendo quedado Juan Simón como el hombre fuerte del lugar, siendo el capataz de los peones, comienza a tomar notoriedad…y también empiezan sus abusos.

 La goleta Sarandí decide regresar a Puerto Soledad, noticia que no fue tan bien recibida por Simón, pues éste veía en tal regreso la imposibilidad de asumir como comandante político y militar de las Islas Malvinas, cargo que ya había sido asignado al teniente coronel de Marina José María Pinedo, quien viajaba en la goleta y era el hombre de confianza de Luis Vernet.  Pinedo, por tanto, puso fin a los amotinados, pero cuando el 3 de enero de 1833 la fragata inglesa Clío desembarca e invade las Islas Malvinas, el teniente coronel no intentó defender esa posición, y entonces embarca la escasa tropa que tenía consigo y regresa a Buenos Aires. Iza la bandera argentina y la deja al cuidado de Juan Simón, nombrado por Pinedo como nuevo comandante político y militar de las islas.

Antonio Rivero, el peón justiciero

 Antonio Rivero, gaucho entrerriano, llega a las islas Malvinas en el año 1827, y fue un testigo presencial fundamental de todo lo antes referido. Se dice de él, que trabajó de peón en Puerto Soledad atrapando ovejas y cerdos, a los que luego amansaba. La gran mayoría de los gauchos e indios insurgentes del 26 de agosto de 1833 eran peones, las más de las veces, mal pagos.

 Juan Simón hizo manejos turbios con dinero que, al parecer, les pertenecía a los peones de Puerto Soledad.  Mientras Simón fue comandante político y militar, el capitán John James Onslow, comandante de la fragata inglesa Clío, le “permitió” ostentar dicho cargo, situación que lo puso en ridículo ante los peones que tuvo tiempo atrás a su cargo, y también ante el resto de la población. Era una marioneta del invasor inglés. También se le atribuye a Simón el haber destruido las cuentas que llevaba de los efectos y el dinero que hizo junto a su amanuense Francisco Freyre, producto de las ventas de reses a los buques depredadores extranjeros.

 Luego de que los británicos ocuparan las islas Malvinas aquel 3 de enero de 1833, un grupo de tres gauchos (Antonio Rivero, Juan Brasido y José María Luna) y 5 indios (Manuel González, Luciano Flores, Manuel Godoy, Felipe Salazar y M. Latorre, éste de ciudadanía chilena) acopian armas y puñales y en agosto del mismo año hacen frente a la usurpación. Logran quitarles la vida a cinco personas, entre ellas Juan Simón y el irlandés Guillermo Dickson. Este último fue el encargado, por orden expresa del comandante John Onslow, de izar y arriar el pabellón británico cada vez que pasara una embarcación y todos los días domingos.

 La bandera del usurpador dejó de flamear desde agosto de 1833 hasta enero de 1834.  No obstante, la suerte de los valientes restablecedores de la soberanía nacional sobre las islas Malvinas tuvo un vuelco significativo cuando llega a las costas de Puerto Soledad el barco inglés Challenger, el 8 de enero de 1834, pues el capitán Seymour despachó al teniente Henry Smith junto a cuatro suboficiales y 30 soldados de Marina para que busquen al grupo liderado por Antonio Rivero.  Recién el 21 de enero los ingleses logran recuperar el control de Puerto Soledad.  La persecución fue más punzante, y Rivero y su gente debieron pedir pequeñas treguas por la falta de alimentos.  El primero en entregarse fue el gaucho José María Luna ante el capitán Seymour el 11 de enero, y el último fue el gaucho Antonio Rivero, el martes 18 de marzo de 1834.

 Conducido a Londres fue juzgado por un tribunal militar -instancia de la que poco y nada se sabe al respecto-, y luego Rivero fue devuelto a Buenos Aires donde posteriormente integró los ejércitos de la Confederación Argentina.  Se estima que murió combatiendo otra vez a los ingleses, junto a sus aliados de Francia, en la Batalla de la Vuelta de Obligado, el 20 de Noviembre de 1845.

 Muchas generaciones, siguieron y seguimos viviendo con el culto de la Soberanía Nacional, basados en la filosofía aglutinante de ser Patria y no colonia, ser potencia y no factoría, nación y no satélite, ni campo de pastoreo de “mesiánicos” o “iluminados” gobernantes.

 Rivero, ha sido el punto de partida, de la nación Justa, Libre y Soberana que merecemos los Argentinos.

Fuente:
Efemérides. Patricios de Vuelta de Obligado
Muñoz Azpiri, José Luis. Soledad de mis pesares. Crónica de un despojo, Corporación Buenos Aires Sur. 2007.
Scolaro Francisco. El “Gaucho” Rivero. Rafaela, Pcia. de Santa Fé. 2006.
Tesler, Mario. El gaucho Antonio Rivero. Bs. As, Theoria. 1970.
Turone, Gabriel O. La Rebelión del Gaucho Rivero. 2007.

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16.8.13

El conflicto de Gibraltar en diez preguntas


 Estos días Gibraltar ha vuelto de nuevo al primer plano de medios de comunicación y preocupaciones de los Gobiernos español y británico. Como ocurre con cierta regularidad, la cuestión de la colonia y sus relaciones con España han vuelto a salir a relucir. Como suele ocurrir en estos casos, las acciones políticas van seguidas de sonoras declaraciones por parte de uno y otro bando en una escalada dialéctica que hunde sus raíces en unos hechos históricos ocurridos hace ya unos siglos y que son interpretados por uno y otro bando de forma bien distinta. Vamos a acercarnos a Gibraltar en diez preguntas para intentar entender este eterno conflicto y aportar algo de contexto al, a menudo, simplificado debate.




1.- ¿En qué consiste el último capítulo del conflicto?

 Todo comenzó el pasado 24 de julio cuando el Peñón decidió lanzar bloques de hormigón al mar en unas aguas que las autoridades gibraltareñas han reclamado como propias. El Gobierno español respondió endureciendo los controles fronterizos amparándose en la legalidad europea, ya que la Roca no forma parte del espacio Schenguen de libre circulación de personas y mercancías.


2.- ¿Cuándo perdió España Gibraltar?

 En el tratado de Utrech, firmado tras la Guerra de Sucesión Española, por la que austracistas y Borbones se disputaron la corona española, tras quedar vacante con la muerte de Carlos II, ‘El hechizado’ . El tratado se firmó en 1713, tras 12 años de conflicto. Fue posible gracias al acuerdo entre Francia y Reino Unido a espaldas del Sacro Imperio Romano Germánico. Los británicos, que en un principio apoyaron a los partidarios del Archiduque Carlos de Austria cambiaron de bando y empezaron a negociar con los franceses a escondidas.


Ejemplar del Tratado de Utrecht.

 El pacto con los franceses implicaba la aceptación de Felipe V como Rey de España a cambio de unas cuantas concesiones territoriales para los británicos. Entre ellas, dos afectaron a España: Gibraltar y la isla de Menorca. Sobre Gibraltar se dice en ese texto: “El Rey Católico (Felipe V), por sí y por sus herederos y sucesores, cede por este Tratado a la Corona de la Gran Bretaña la plena y entera propiedad de la ciudad y castillo de Gibraltar, juntamente con su puerto, defensas y fortalezas que le pertenecen, dando la dicha propiedad absolutamente para que la tenga y goce con entero derecho y para siempre, sin excepción ni impedimento alguno”.

 Asimismo, en ese tratado de paz se añade que “si en algún tiempo a la Corona de la Gran Bretaña le pareciere conveniente dar, vender, enajenar de cualquier modo la propiedad de la dicha Ciudad de Gibraltar, se ha convenido y concordado por este Tratado que se dará a la Corona de España la primera acción antes que a otros para redimirla”. En iguales términos se refiere el tratado a la Isla de Menorca, que sí fue devuelta a España, en este caso en el Tratado de Amiens (1802).


3.- ¿Por qué interesaba Gibraltar a los Británicos?

 En el siglo XVII, Gran Bretaña se había convertido en la primera potencia comercial del mundo. Tenía especial interés en ocupar plazas en la ruta hacia el Mediterráneo para poder así controlar su flujo marítimo con destino a Asia. A tal efecto primero pactó con Portugal a cambio de apoyo militar que garantizara al país luso su independencia respecto a España.

 Ya en medio de la Guerra de Sucesión, en 1704, la flota británica desembarcó en un desguarnecido Gibraltar. Los 80 soldados y 300 milicianos más un centenar de piezas de artillería que defendían el Peñón fueron incapaces de parar a los ingleses. Con esta conquista, que posteriormente se formalizará en el Tratado de Utrech, Gran Bretaña conseguía tener bajo control la entrada y salida hacia el Atlántico de los barcos que navegaban por el Mediterráneo. Consigue así un enclave estratégico de primer orden que refuerza su posición de potencia marítima en una zona hasta entonces fuera de su control.


4.- ¿Es Gibraltar una colonia?

 El diccionario define colonia como “territorio administrado por una potencia extranjera”. Teniendo en cuenta el Tratado de Utrech, que liga la propiedad de Gibraltar a la Corona Británica debería considerarse una colonia, ya que sólo Reino Unido tiene la potestad de “dar, vender, enajenar de cualquier modo la propiedad de la dicha Ciudad de Gibraltar”, como se ha visto más arriba.



 Al pasar a manos británicas, se rompió la integridad territorial preexistente en España, por lo que puede considerarse un territorio colonizado, primero por las armas, después a través de un tratado de paz. Así lo considera la ONU.


5.- ¿Qué dice sobre Gibraltar la ONU?

 La ONU define Gibraltar como un territorio pendiente de descolonización. A través de varias resoluciones, Naciones Unidas resalta la necesidad de llevar a cabo un proceso de descolonización en el Peñón. Así, en la resolución 2429, de 1968, se da a entender que debe realizarse mediante acuerdo entre Reino Unido y Gran Bretaña (“potencia administradora”), si bien no concreta el camino.

 De manera general, la ONU se refiere a las colonias como “territorios no-autónomos” e indica que éstos deben descolonizarse mediante tres vías: libre asociación, integración territorial e independencia. Llegados a este punto, la vía que más interesa a España es obviamente la de la integración territorial, mientras que Gibraltar optaría seguramente por la libre asociación, con Reino Unido, obviamente.


6.- ¿Es Gibraltar un paraíso fiscal?

 Gibraltar carece de IVA debido a que la actividad está enfocada al comercio. Cuenta con un estatuto favorable a las empresas, lo que desemboca en una concentración de compañías bancarias que en la práctica convierte a Gibraltar en un paraíso fiscal.

 En 1967 se estableció un régimen de dos tipos de sociedades: cualificadas (residentes en Gibraltar) y exentas (los extranjeros se inscribían en el Peñón y pagaban un tributo por ello pero no pagaban impuestos). Esta doble tributación ha atraído, por ejemplo, a numerosas empresas de juego virtual hasta sumar 21 operadores con 35 licencias para juegos online entre los que destacan los casinos online y las apuestas deportivas. Entre todos gestionan unas 200 páginas web. Esta situación llevó a la OCDE a incluir a Gibraltar en una lista de paraísos fiscales, aunque ya ha salido de esa lista negra.

 Actualmente, la comunidad internacional sitúa a Gibraltar en el mismo nivel de transparencia fiscal que España. El Peñón ha firmado una veintena de convenios fiscales con países europeos en los últimos años y ya no forma parte de la lista negra de paraísos fiscales. Para la Hacienda española Gibraltar continúa siéndolo.


7.- ¿De quién son las aguas que rodean el Peñón?

 Sobre el conflicto actual subyace un contencioso sobre las aguas que rodean al Peñón. España, amparándose en este caso en el Tratado de Utrecht dice que en éste no se habla de aguas internacionales, ya que por aquel entonces este concepto jurídico ni existía. No obstante, desde 1994, con la entrada en vigor del tratado sobre el Derecho del Mar se estableció que cualquier territorio costero tuviera jurisdicción sobre sus aguas adyacentes.

 Sin embargo, el texto legal actual posee una “claúsula interpretativa unilateral” que España ratificó en 1997 en la que se dice que el texto “no puede ser interpretado como reconocimiento de cualesquiera derechos o situaciones a los espacios marítimos de Gibraltar que no estén comprendidos en el artículo 10 del Tratado de Utrecht, de 13 de julio de 1713, entre las coronas de España y Gran Bretaña”.

 Reino Unido no aceptó esta interpretación española. De este modo, estableció para el Peñón una jurisdicción en la costa de tres millas. El tratado otorga hasta doce a cada Estado.


8.- ¿Qué diferencia hay entre Gibraltar y Ceuta y Melilla?

 El principal argumento que España aduce es que Ceuta y Melilla eran posesiones españolas antes de la creación del reino de Marruecos. Por otro lado la ONU no ha calificado estas posesiones como territorio pendiente de descolonización, si bien el reino alahuí, que reclama estos territorios como propios, ha pedido en repetidas ocasiones a Naciones Unidas que intervenga en la cuestión.


9.- ¿Cuánto ha crecido Gibraltar en terreno ganado al mar?

 Gibraltar se ha expandido paulatinamente sobre las aguas circundantes en los últimos años. Actualmente tiene una superficie de 6,8 kilómetros cuadrados. Resulta complicado establecer la evolución exacta de la superficie, aunque el siguiente plano da una idea de como ha ido ampliándose con el paso de los años.

 Actualmente, la Roca planea la construcción de una urbanización en su costa oriental con terreno ganado al mar. Se trata de “Cabo privilegiado”, un complejo turístico con un hotel, 2.500 apartamentos y un puerto deportivo con amarres para 500 embarcaciones. De momento ya se ha construído un espigón de 50 metros de extensión.


10.- ¿Qué hace Gibraltar con su basura?

 Esta pregunta es más heterodoxa, pero siempre me ha llamado la atención, así que la incluyo en este listado. Gibraltar generó 18.111 toneladas de residuos durante en 2010. Los desechos son recogidos seis días a la semana por una empresa privada y trasladados a Los Barrios (Cádiz).

 Dado que Gibraltar cuenta con una población de 29.441 habitantes, la cifra total equivale a 616 kilogramos de basura por persona. La media es superior a la de los países europeos, que se situaba en 2008 en 524 kilogramos de basura por habitante. Así que, básicamente, la basura gibraltareña es lo único que es español estrictamente.

* Fuentes: Este artículo sobre el Tratado de Utrech, este sobre las aguas en litigio, este sobre la condición de paraíso fiscal, este sobre los residuos. También he consultado este artículo sobre el contencioso de Gibraltar y las citadas resoluciones de la ONU.

Actualizado 17/6/2016

✒ Gonzalo Prieto  | Geografía Infinita | martes 16 de agosto de 2013.
http://www.geografiainfinita.com/2013/08/gibraltar-en-diez-preguntas/#comment-6410

*Gonzalo Prieto
http://gonzaloprieto.es
Editor y creador de Geografía Infinita. Apasionado por la geografía y los viajes. Periodista especializado en comunicación corporativa.