20.5.14

“La masonería ha sido condenada por la Iglesia”


 Durante su participación en “Actualidad Política” que se emite por LV11, el obispo auxiliar de la Diócesis de Santiago del Estero, Ariel Torrado Mosconi se pronunció respecto de la postura de la Iglesia santiagueña sobre la masonería.

 En tal contexto manifestó que “la masonería ha sido duramente condenada por la Iglesia. Son ámbitos que tal vez en otra época pudieron tener una gran fuerza. Me parece que hoy, este tipo de movimientos, con estas expresiones un tanto misteriosas no responden a la sensibilidad, del hombre moderno”.  

 Respecto de las adhesiones que pudiera tener en la provincia la logia masónica; Torrado fue claro en indicar que “la Iglesia ha sido siempre muy cautelosa y ha hecho expresiones concretas de condena a la masonería”.

 En lo atinente a la posibilidad de ser católico y masón, el prelado no dudó en afirmar que “no, la fe católica te lleva a tener una actitud de apertura, de transparencia, de búsqueda de Dios. Cosas que pareciera que en las ideas de la masonería no están presentes”.

 El prelado volvió a minimizar la presencia e influencia masónica en la provincia resaltando que “a mí, más que la masonería me preocupa todo lo que tiene que ver con la brujería, que yo creo que hacen muchísimo daño y que afecta mucho más a nuestra gente”, concluyó.


✒ Ariel Torrado Mosconi | Nuevo Diario  | .

13.5.14

“La masonería es la sinagoga de Satanás”



 Enrique Marañón y Edgardo Moreno, miembros del Círculo Nacionalista de Santiago del Estero estuvieron en los estudios de “Actualidad Política”, que se emite por LV11, para hablar de la masonería y sus implicancias.

 El primero en hacer uso de la palabra fue el Dr. Edgardo Moreno, al afirmar que “quienes sostienen la licitud para un católico de pertenecer a la masonería, está mintiendo a sabiendas, confundiendo al católico, llevándolo a afiliarse a una sociedad con fines contrapuestos a la Iglesia”. La calificó como “la contra Iglesia, la sinagoga de Satanás. Esto tiene que llegar a los católicos para que no haya confusión alguna”.

 Consultado sobre el fin que persiguen estas logias, el Dr. Moreno sostuvo que “el objetivo de la masonería es difundir el liberalismo y, por ende, descristianizar las sociedades. No le importa que usted tenga su fe y la practique en el ámbito privado. Siga siendo católico, evangelista o budista, pero no quiere que la fe impregne las estructuras temporales de la sociedad, que el espíritu del Evangelio informe a las sociedades; no quiere las sociedades cristianas. No sólo como católicos nos oponemos a la masonería, sino como nacionalistas. La Argentina tiene la identidad cristiana con un plexo de valores del Evangelio. Más allá del credo, tenemos la obligación de reconocer esa identidad cristiana y defenderla. Es un deber de patriotismo y de justicia”.

 Insistió que “es absolutamente incompatible con la doctrina católica la pertenencia a la masonería, que fue condenada en diversos documentos del magisterio de la Iglesia”.

¿San Martín masón?
 En relación a quienes consideran que el General San Martín fue masón, señaló que “eso es una infamia, una barbaridad. No hay ningún documento ni prueba de que el General San Martín haya sido masón y desafío a cualquier historiador. Por el contrario, hay muchísimas pruebas de que nunca perteneció”.

✒ Enrique Marañón y Edgardo Moreno | Nuevo Diario  | .

Ser masón está penado por la Iglesia con excomunión

 
 En su paso por Santiago, el Gran Maestre de la Gran Logia Argentina Libres y Aceptados Masones, Jorge Clavero manifestó públicamente que “los que critican lo hacen por ignorancia” y que “la masonería no tiene ningún tipo de conflictos con la religión”. Además se declaró católico.

 Recientemente, el Papa Francisco ordenó la expulsión del sacerdote Pascal Vesin, párroco de Sainte-Anne d´Arly-Montjoie, en Megève (Francia), por su reiterada negativa a abandonar la masonería. El comunicado de la Santa Sede es claro: recayó sobre el párroco una excomunión temporal, con prohibición de recibir los sacramentos y la suspensión de todas sus funciones sacerdotales.

 La Diócesis, por su parte, indicó que “a Vesin se le levantará la pena en cuanto manifieste claramente su decisión de volver a la Iglesia y abandonar la masonería”. El episodio, severo, parece indicar lo contrario a lo sentenciado por Clavero para descalificar públicamente a los “ignorantes” que emiten críticas.

 Profundizando, la historia de la Iglesia a través de sus documentos también parece afirmar lo contrario a lo predicado por el Gran Maestre.

“Incurren en excomunión”
 
 El 20 de febrero de 1959, el Episcopado Argentino en una reunión plenaria sobre la Masonería emitió un extenso documento en el que asevera, entre otras cosas que “se siente en la obligación de hacer una pública declaración en cumplimiento de la recomendación de S.S. León XIII: ‘Lo primero que procuraréis hacer será arrancar a los masones sus máscaras para que sean conocidos tales cuales son’ (Encíclica Humanum Genus)”.

 En relación a lo que denominaron “conjuración satánica que se cernía sobre la humanidad”, los obispos de todo el país recordaron que el Código de Derecho Canónico señala que: “Los que dan su nombre a la secta masónica o a otras asociaciones del mismo género incurren en excomunión” (Canon 2335).

 Asimismo, el 24 de julio de 1958 el papa Pío XII señaló como “raíces de la apostasía moderna el ateísmo científico, el materialismo dialéctico, el racionalismo, el laicismo, y la masonería, madre común de todas ellas ”.
  El inmortal Pontífice León XIII, en la carta Encíclica “Humanum Genus” —condenatoria de la masonería— afirma que “hay varias sectas que si bien diferentes en nombre, forma y origen se hallan sin embargo unidas entre sí por cierta comunión de propósitos y afinidad entre sus opiniones capitales, concordando de hecho con la secta masónica: especie de centro de donde todas ellas salen y adonde todas vuelven”.

 Finalmente, los prelados emiten diversas recomendaciones. “Todo argentino, pero principalmente la juventud, debe saber que Catolicismo y Masonería son términos que se contradicen y excluyen absolutamente como el Cristo y el Anticristo. Y también debe saber que el liberalismo o laicismo, en todas sus formas constituyen la expresión ideológica propia de la masonería”, rubrican y agregan que “lo que mueve toda la acción de la masonería es, en última instancia, el odio a Cristo y a todo lo que lleva su nombre. Su objetivo final es la destrucción de lo católico”.

San Juan Pablo II
 
Ya en los 80, específicamente el 26 de noviembre de 1983, el sumo Pontífice Juan Pablo II, en un documento firmado también por el papa emérito Benedicto XVI realizó una declaración sobre desde la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe.

 El texto declara lo siguiente: “Se ha solicitado que se altere el juicio de la Iglesia sobre la masonería por el hecho de que en el nuevo Código de Derecho Canónico no se hace mención explícita de ésta, tal como se hacía en el código anterior. Tal circunstancia se ha debido a un criterio redaccional seguido también para las otras asociaciones igualmente no mencionadas por el hecho de estar incluidas en categorías más amplias.

 “Se mantiene, por tanto, inmutable el juicio negativo de la Iglesia respecto a las asociaciones masónicas, ya que sus principios han sido considerados siempre inconciliables con la doctrina de la Iglesia y por ello la adscripción a las mismas permanece prohibida. Los fieles que pertenecen a las asociaciones masónicas están en estado de pecado grave y no pueden acceder a la Santa Comunión”, dictamina el texto firmado por el Santo Papa y el entonces prefecto de la fe, Joseph Ratzinger.

Más de 200 veces
 
Desde los inicios de la Masonería moderna (1717) hasta nuestros tiempos, la Iglesia ha condenado en más de 200 documentos este movimiento. En todos ellos se condena la Masonería como contraria a la Justicia y a la moral natural, así como supone una esclavitud, una inmoralidad, una traición y una apostasía.
Estos son sólo algunos de ellos:

Documentos

- “Inamienti”, del papa Clemente XII, 28 de abril de 1738.
- “Providas”, del papa Benedicto XIV, 18 de mayo de 1751.
- “Ecclesiam”, del papa Pío VII, 13 de septiembre de 1821.
- “Quo Graviora”, del papa León XII, 13 de marzo de 1825.
- “Apostolicae Sedis”, del papa Pío IX, 12 de octubre de 1869.
- “Declaración Sagrada Congregación para la Fe”, 17 de febrero de 1981. Pontificado del papa Juan Pablo II.
- “Declaración Sagrada Congregación para la Fe”, 23 noviembre de 1983. Pontificado del papa Juan Pablo II.

Encíclicas

- “Traditi”, del papa Pío VIII, 21 de mayo de 1829.
- “Mirari vos”, del papa Gregorio XVI, 15 de agosto de 1832.
- “Qui Pluribus”, del papa Pío IX, 9 de noviembre de 1846.
- “Quanta Cura”, del papa Pío IX, 8 de diciembre de 1864.
- “Etsi Multa”, del papa Pío IX, 21 de noviembre de 1873.
- “Diuturnum Illud”, del papa León XIII, 1881
- “Etsi Nos”, del papa León XIII, 15 de febrero de 1882.
- “Humanum Genus”, del papa León XIII, 20 de abril de 1884.
- “Ab Apostolici”, del papa León XIII, 15 de octubre de 1890.
- “Praeclara Gratulationis”, del papa León XIII, 18 de marzo de 1902.

“Irrumpen como ladrones”

 El papa Clemente XII, indicó cuidadosamente las razones por las que las asociaciones masónicas deben ser condenadas desde el punto de vista de la moral, la política y la sociología cristianas y católicas, a saber:

1. El inescrutable secreto y el disfraz insidioso e inmutable de la asociación masónica y de su obra, por medio de la cual los hombres de su calaña irrumpen como ladrones en casa y como raposas tratan de arrancar de raíz el viñedo, pervirtiendo los corazones de los hombres sencillos y arruinando su felicidad espiritual y material.

2. Los Juramentos de fidelidad a la Masonería y a la obra masónica, que no pueden ser justificados en su finalidad, en su objeto, ni en su forma; ni pueden por tanto inducir obligación alguna moral. Dichos juramentos son condenables porque la finalidad y el objeto de la masonería son malos y condenables y el candidato, en la mayoría de los casos ignora la importancia y extensión de las obligaciones que asume y el dicho juramento resulta un abuso, por lo inmoral, absolutamente reprensible...

3. El peligro que tales asociaciones envuelven para la seguridad y tranquilidad del Estado y para la salud espiritual de las almas; de donde se sigue una oposición entre dichas sociedades y el derecho eclesiástico y civil.

 El repaso histórico y documentado de la historia de las relaciones de la Iglesia y la masonería deja en claro que las manifestaciones vertidas por el Gran Maestre Clavero en oportunidad de disertar en nuestra provincia no se ajustan a la realidad. La Iglesia condena la masonería y según los dictados del Derecho Canónico, por Derecho Público de la Iglesia, un católico masón cumple con todas las condiciones para recibir la pena de la excomunión.

 
✒ s/d | Nuevo Diario | .

2.5.14

"Cantamos el Himno mientras el barco se hundía"


 Un reventón ensordecedor acompañó el sacudón que hizo caer de su cama al soldado Ramón Eduardo Saavedra. De repente la oscuridad, los gritos y la confusión. Eran las 16.15 del 2 de mayo de 1982 cuando el Crucero General Belgrano, de la Armada Argentina, fue atacado con torpedos por el submarino nuclear MHS Conqueror de la fuerza militar inglesa. Justo en ese momento Ramón estaba descansando, según recuerda, porque a la noche tenía que cumplir guardia en la enfermería. Confundido, se lanzó en un intento por salvar su vida: desesperación y una larga pesadilla. El recuerdo de esa experiencia aterradora aun martilla la memoria de este concepcionense, casado y padre de tres hijos. 
 Hoy se cumplen 30 años de aquel ataque que sumergió al Belgrano en las heladas profundidades del mar del sur, cerca de las Islas de los Estados. Perdieron la vida 323 argentinos. El episodio se inscribió en el marco de la guerra que mantuvo nuestro país contra Inglaterra por las Islas Malvinas. "Fue terrible lo que viví durante el conflicto armado y también después, cuando luego de cumplir con nuestra patria a todos los veteranos de Malvinas nos quisieron sepultar en el olvido. Los reconocimientos comenzaron a asomar recién hace unos pocos años", afirma Saavedra cuando, en diálogo con LA GACETA, repasó ese pedazo de historia del que fue protagonista como conscripto.

- ¿Qué recuerdos guardás de esa terrible experiencia?
- Esa tarde dormía. Entonces se produjo el impacto del primer torpedo. La explosión provocó un sacudón fuerte en el barco y quedó todo a oscuras. Como yo conocía la salida y no había sufrido lesiones logré salir rápido. Además recorría siempre todos los rincones porque mi tarea era distribuir los elementos de curación en los distintos sectores. Llegué a la enfermería y el personal internado ya había sido evacuado. En pocos minutos el barco ya tenía una inclinación importante.

- ¿Se hundió rápido?
- Si; yo estimo que en 45 minutos. El barco tenía 190 metros de largo y la parte más ancha llegaba a los 70 o 80 metros aproximadamente. El desafío para sobrevivir era llegar a la cubierta y abandonar el barco. Yo, en el momento que lo hice, sufrí por el apuro y la desesperación la quebradura de una de mis piernas y de la clavícula. Me detectaron esas lesiones tres días después, cuando fui rescatado de la balsa.

- ¿Cuanto duró lo peor del drama?
- La situación de terror se prolongó desde el mismo momento que nos torpedearon hasta que nos rescataron. Sentí el reventón, viví la pesadilla del abandono del barco, la desesperación por llegar a las balsas, los gritos y después el deambular por el mar a la espera del rescate.

- ¿Qué sentiste cuando se hundía el Belgrano?
- Sentí mucha tristeza y dolor por los que no habían podido escapar. Algunos sobrevivientes llegamos a cantar el Himno Nacional cuando el barco desaparecía. Fueron momentos difíciles. La bandera quedó puesta e izada en la parte del hangar del barco, en la popa. Así se fue al fondo del mar con toda la tripulación que quedó adentro.

- ¿Supiste por qué tardaron tres días en rescatarlos?
- Es que en la primera noche se produjo una tormenta muy grande, con vientos fuertes, y la misión era unir balsa con balsa para que en el momento del rescate se encontraran todas juntas. Pero el viento tironeaba de un lado para otro hasta que se cortaron los lazos que las unían. Las balsas se desparramaron y quedaron muy distanciadas. Entonces se demoró más el rescate.

- ¿Pensaste que te morías?
- Si, durante todo el tiempo que duró la experiencia. Primero en medio de la confusión de tratar de escapar sin saber lo que pasaba; después en la balsa, cuando comenzó a desinflarse porque, al parecer, estaban sin uso desde hacía mucho tiempo. El frío, el hambre y la angustia me desquiciaban. El alma me volvió al cuerpo cuando asomó el destructor Piedrabuena, que venía a rescatarnos. Luego permanecí varias semanas sin poder caminar, porque a causa del frío tuve principio de congelamiento en las piernas.

- ¿Y los demás ocupantes de la balsa, en que estado estaban?
- Había un chico muy malherido, y bañado en petróleo. Murió a las pocas horas, entre nosotros. Conservamos su cuerpo hasta el rescate. No lo tiramos al agua, como es la tradición.

- ¿Te parece que fue una agresión cobarde, ajena al conflicto?
- Lo que siempre comento es que el Belgrano contaba con 600 tripulantes antes de la guerra y cuando zarpó camino al sur, después del desembarco en Malvinas, se duplicó la cantidad de ocupantes. La mayoría eran infantes de marina, creo que alguna misión llevaba el Belgrano. Probablemente iba a hacer apoyo de desembarco o a entrar en combate en algún momento porque cargaba misiles. Se le había adaptado una base misilística. Se dice que no iba a la guerra, pero resulta inexplicable la cantidad de soldados que transportaba.

- ¿Cómo vivió tu familia esa situación?
- En ese entonces aun vivía mi abuela. Mis padres sabían que yo andaba en el barco por una carta que había mandado antes de zarpar. Después desconocían de lo mío hasta que mi papá, Segundo Ezequiel, viajó hasta Punta Alta, Bahía Blanca. Ahí pudo hablar con algunos oficiales de mando, pero con poca suerte. Le dijeron que yo estaba física y psíquicamente mal y que no me podía ver. Él, igualmente, insistió desesperado por verme. Al final, al pobre lo metieron preso y pasó una noche en el calabozo. Esas fueron las primeras municiones letales que recibimos los combatientes cuando regresamos. Además hubo muchas cosas tapadas, distorsionadas. Y luego... el olvido.

- ¿Superaste el trauma que te significó semejante experiencia?
- En gran medida sí, porque siempre pienso que en la vida hay que avanzar y no quedarse en el pasado. Así las cosas este año voy cumplir 29 años en una empresa eléctrica en la que trabajo y quedé efectivo. El 5 de junio de 1985 me casé y después nació mi hija. Tal vez algunos de los que estuvimos ahí ahora necesitemos más algún apoyo psicológico o psiquiátrico por lo que se vive en lo laboral o económico. Por ejemplo, a mí más me castiga el hecho de no tener una casa propia. También me golpea el no haber estado cuando mi viejo murió luego de sufrir un ACV.

- ¿Te encontrás con otros sobrevivientes de la guerra?
- En mi trabajo tengo a dos compañeros que fueron prisioneros. Ellos padecieron el temor ante la posibilidad de terminar fusilados por los ingleses. En Concepción también está Rodolfo Buada, otro sobreviviente del hundimiento. Y quedaron en el recuerdo porque murieron ahí el cabo Segundo Galván, de Río Seco, y el cabo Víctor Nieva, de Aguilares.

- ¿Ustedes sabían en qué misión iban cuando zarpó el Belgrano?
- No. Intuíamos que íbamos en misión de guerra o algo especial. Para mí era un apoyo de desembarco por la cantidad de infantes que se agregaron al personal.

- ¿Cuál es la aspiración que persiguen los veteranos de Malvinas?
- Que se reconozca a los cadáveres que están en las islas. Que no sólo sean reconocidos por Dios, como rezan las lápidas, sino por sus nombres, como todo ser humano. Así como se está reconociendo a las víctimas de la represión con modernos estudios, lo mismo se puede hacer con los que están en Malvinas.

Una tragedia y mucha polémica
De las 649 víctimas que arrojó la Guerra de Malvinas, 323 pertenecían a la tripulación del crucero General Belgrano. Esta tragedia, que marcó el inicio del enfrentamiento entre Inglaterra y la Argentina, tuvo también un lado polémico. El crucero se encontraba fuera de la zona de exclusión y navegando hacia el continente cuando sobrevino el ataque. Por eso, su hundimiento es considerado más como una necesidad política y no militar. De hecho, en ese momento estaba en curso la mediación del presidente peruano Fernando Belaúnde Terry, con grandes posibilidades de éxito. Muchos analistas internacionales consideran que Margaret Thatcher decidió precipitar las acciones bélicas en el archipiélago y por eso ordenó el ataque.
 
 ✒ | Rodolfo Casen. La Gaceta de Tucumán. Miércoles 2 de mayo de 2012.

2 de Mayo: Día de los Heroicos Tripulantes del ARA General Belgrano

 
 El crucero General Belgrano fue torpedeado durante la guerra de Malvinas a las 16.01 hs del 2 de mayo de 1982 con 1093 tripulantes a bordo. En el naufragio murieron 323 hombres y sobrevivieron 770. Vayan estas líneas en sencillo homenaje a todos aquellos argentinos que dieron su vida por la patria durante la guerra de Malvinas.
 
El hundimiento del ARA General Belgrano se produjo el domingo 2 de mayo de 1982, durante la Guerra de las Malvinas, a consecuencia del ataque del submarino nuclear británico HMS Conqueror.El hundimiento del crucero permitió a los británicos la superioridad naval en la zona.El hecho causó la muerte de 323 marinos argentinos (prácticamente la mitad de las bajas sufridas en el conflicto por parte de Argentina) y una fuerte polémica, por parte Argentina, al haberse producido el ataque fuera del área de exclusión establecida por el gobierno británico alrededor de las islas. Es el único caso de un barco hundido en guerra por un submarino nuclear.
 

✒ | Malvina Salta. Asociación de Veteranos de Guerra.
http://www.malvinasalta.com.ar/index.php/noticias-de-actualidad/actualidad-nacional/355-2-de-mayo-dia-de-los-heroicos-tripulantes-del-ara-general-belgrano.html