22.12.15

Ex combatiente inglés en Malvinas: "No entendemos por qué estas islas son británicas"


Michael Ward volvió a Malvinas 33 años después: "El regreso fue antipático", reconoce. Sus recuerdos, la importancia de la guerra y el desconocimiento de la causa


 Se confunde entre los turistas, su figura espigada recorre cada tarde con un trote intenso el pasillo externo de uno de los pisos de su nueva casa, un buque de 70.000 toneladas y 12 pisos, que lejos está de ser un acorazado de guerra; más bien está repleto de shows, comida, bebidas y diversión. Si el viento helado del Mar Argentino se planta como una barrera insalubre, en todo caso ocupará durante una larga hora una de las ocho cintas para correr dentro del gimnasio del Norwegian Sun, el crucero de esta compañía con base en Miami que de noviembre a marzo hace la ruta Buenos Aires-Valparaíso (Chile). Tiene 51 años y en medio de esta travesía sumará otro más. Los números dan vuelta en su cabeza. Tenía 16 cuando en 1980 ingresó en la Marina Real Británica (Royal Navy) y allí estuvo tres décadas. A los 18 recién cumplidos, en abril de 1982, también se subió a un barco. Pero no tenía el colorinche del Sun, ni la piscina de la cubierta rodeada de reposeras y sus bares repletos de refrescantes tragos. Todo era gris y estaba lleno de armas, cañones y municiones. Era parte de la flota de Royal Navy. Era, en ese joven momento, la casa obligada de Michael Ward, el ex combatiente que volvió a las Islas Malvinas después de 33 años. Ahora, con otros aires, otra templanza y la opción de vida de poder analizar y dar su propia mirada de aquella espantosa guerra. El Norwegian Sun ancla a varios metros de la costa de Puerto Argentino y los turistas se suben a cada tender para cruzar y llegar en unos 20 minutos. Mike se sube y va, en silencio, acompañado por algunos de sus nuevos amigos a bordo. También de sus alumnos, todos como parte de la tripulación, que tienen en Ward al principal instructor en cuanto a todas las medidas de seguridad y prevención se requieren a bordo.


 “Fue un antipático regreso, porque muchos británicos preguntaban ¿por qué? Así como ustedes las llaman Malvinas (lo dice en español, por primera y única vez en la charla, pero la traducción se cae de madura), a nosotros no nos enseñaron en nuestra educación acerca de las Falklands, así que un montón de británicos no las conocían. Y en la Royal Navy, de donde provengo, ninguno de nosotros sabía nada acerca de las islas. Cuando nos dijeron que íbamos a las Malvinas, no sabíamos a dónde estaban. El gobierno decidió ir a pelear y allá fuimos. No fue algo divertido para nadie, como toda guerra. Nunca hubo posibilidades, aún ahora, de construir un puente con Argentina”, cuenta, expresivo y serio, Ward, sentado y de piernas cruzadas en uno de los sillones del quinto piso del barco, algo así como el lobby de este hotel flotante.

¿Cuál es su tarea en este barco?

 Mi responsabilidad principal es la seguridad del barco, me ocupo de los sistemas de seguridad de la nave. También me ocupo del entrenamiento de toda la tripulación, unas 40 horas por semana de entrenamiento. Es un trabajo grande y tengo un equipo de tres personas trabajando conmigo. Hace dos años que estoy en este barco, en el Sun, y cinco en Norwegian.

¿Y antes?

 Antes estuve en la Royal Navy por 30 años. Ingresé en 1980, con 16 años de edad. Estuve en la guerra de Malvinas (dice Falklands) y esta es la primera vez que regreso acá en 33 años.

¿Qué recuerdos tiene de los soldados argentinos?

 Admiro a sus pilotos. Sus pilotos fueron gente muy valiente, fueron pilotos realmente muy buenos y tuvimos un montón de problemas por ellos. Demostraron ser muy valientes. Nos hundieron varios barcos.

¿Conoció algún ex soldado argentino?

 Sí, sí, sí, me encontré con algunos de los pilotos cuando estaba en la Royal Navy.

 En ese momento se nos viene el recuerdo de aquel poema de Jorge Luis Borges, publicado por primera vez el 26 de agosto de 1982 en Clarin. “Juan López y John Ward”, se titulaba, como un giro del destino en la identidad de este británico que tres décadas más tarde volvió a tocar su tierra de guerra. “Les tocó en suerte una época extraña. El planeta había sido parcelado en distintos países, cada uno provisto de lealtades, de queridas memorias, de un pasado sin duda heroico, de derechos, de agravios, de una mitología peculiar, de próceres de bronce, de aniversarios, de demagogos y de símbolos. Esa división, cara a los cartógrafos, auspiciaba las guerras. (…) Hubieran sido amigos, pero se vieron una sola vez cara a cara, en unas islas demasiado famosas, y cada uno de los dos fue Caín, y cada uno, Abel. Los enterraron juntos. La nieve y la corrupción los conocen”.

¿Pero les fue posible salir?

 Sí, unos días antes del final. Es difícil recordar todo perfectamente... Muchos británicos no entienden cómo pueden ser británicas. No entendemos mucho. Vemos que hubo referéndums en los que la gente quiere ser británica, pero los británicos de allá no saben por qué. Incluso nosotros, ex militares como yo, servidores del gobierno, miramos para atrás y no sabemos por qué. No entendemos por qué las Malvinas son británicas. Y en Gran Bretaña es muy difícil escuchar hablar de las Malvinas, en ninguna conversación sale ese tema.

Como ya aclaró, no sabían a dónde iban...

 No teníamos idea de las islas Malvinas, casi nadie en el barco lo sabía, y éramos una tripulación de 350 personas. Había un miembro de la tripulación que sí había escuchado de ellas, pero nadie de nosotros estaba enterado de que las islas Malvinas eran británicas, ni dónde estaban. Esa es la verdad. Y no pensábamos que entraríamos en guerra cuando la Primer Ministro nos envió.

 Ward se refiere a Margaret Hilda Thatcher, quien fuera la premier británica desde 1979 a 1990 y falleciera en abril de 2013. Un dato de actualidad indica que la última inauguración que se dio en Puerto Argentino (Stanley, para Mike) es un busto de Thatcher. Ward no se guarda elogios hacia ella, y sigue, mientras mira su reloj aunque no parece apurado. En todo caso un tic cronológico lo debe llevar a ese gesto aún asombrado de estos 33 años que el grupo de periodistas argentinos le hace repasar.

¿Estando acá pensaban que todo se iba a resolver antes?

 Sí, de manera política. Ninguno de los militares pensaba que iba a entrar en una guerra. Pensábamos que Margaret lo iba a solucionar, era una fantástica primer ministro, muy fuerte y con decisión.

¿Cuánto tiempo estuvo?

 Llegamos como Task Force (una fuerza de tareas), todos nuestros barcos llegaron juntos y estuvimos la guerra entera. Hicimos los desembarcos en el estrecho de San Carlos. Nosotros llevábamos marines que bajaban en la playa Azul y nosotros estábamos al frente. Permanecimos en San Carlos durante toda la guerra, donde nos hundieron algunos barcos. El Sheffield fue el único barco hundido en mar abierto, el resto fue ahí, en el estrecho de San Carlos. Creo que fueron cuatro los barcos hundidos ahí con los Mirage. Ustedes volaban por debajo del alcance de los radares y por eso no los podíamos detectar. Sus pilotos fueron personas muy, muy valientes. Venían por debajo del nivel del radar y, una vez que los detectábamos, muy pocos podían regresar. Así nos hicieron mucho daño en nuestras naves, hasta que se quedaron sin misiles. Si no se hubiesen quedado sin misiles aire-tierra para atacar nuestras naves, nos hubiera sido difícil de defender, sin duda. Estuvimos en problemas allí.

¿Cuál era su tarea en la guerra?

 Recargaba combustible de las aeronaves, sobre todo helicópteros. En el desembarco en playa Azul los helicópteros salían, regresaban, los recargaba y volvían a salir. Yo tenía 18 años. Cumplí años en marzo y la guerra empezó en abril.

¿Qué siente ahora?

Tristeza, porque la isla es un terreno muy inhóspito, y en 1982 la población era muy pequeña. Ahora hay dos o tres mil personas. ¿Sabes? No entendemos por qué. Fue por política, política pura. Muchos de mis amigos ya habían regresado. Fue una guerra grande por una ganancia muy pequeña, con unas mil muertes, pero fue sólo política. Es un lugar a 6 mil millas de distancia. A mi hija, que ahora tiene 25 años, nunca le explicaron sobre las Malvinas, sabe que su padre estuvo en la guerra de Malvinas, pero nunca nadie le dijo nada al respecto más que lo que sabe por mí, lo que es realmente muy poco.

¿No lo enseñan en las escuelas?

 No, nadie habla de eso. Yo mismo hablo más de las guerras de Afganistán o Irak, muy raramente menciono las Malvinas.

¿Ella le pregunta?

 Sí, me pregunta. Porque fue el primer conflicto en el que estuve, después estuve en Bosnia a finales de los ‘90 y en Irak y Afganistán en los 2000. Los militares británicos nunca tuvieron conflicto alguno antes de las Malvinas, por muchos años antes y por muchos años después. Vas a un bar y les preguntás a los británicos acerca de las Malvinas y no sabrán qué decirte.

Parece que fue ayer…

 Sí, pero fue hace 33 años, y hoy aún no lo entendemos, sólo la gente de las islas quiere seguir siendo británica, nadie más apoya esta causa.

¿Cómo terminó trabajando en un crucero?

 Me retiré de la milicia luego de un contrato de 22 años. Estuve ahí mucho tiempo y obtuve una pensión. Me retiré como a los 46 años de edad y volví a navegar. Intenté no volver a hacerlo, intenté regresar a casa, pero no pude.

✒ Gastón Leturia Clarín | Martes 22 de diciembre de 2015.

22.11.15

Izquierda e Islam, la extraña pareja


 "Hay muchísima gente que aquí, en Occidente, no tiene ninguna salida y yo creo que son elementos estructurales en donde hemos fallado. No sólo en la seguridad, no sólo en las agencias de información". Son las palabras ya famosas/infames del eurodiputado de Podemos Miguel Urbán explicando la negativa de su partido a sumarse al Pacto Antiyijadista. Olviden por un momento el esperpéntico concepto de "estructurar gente", fruto probable de haber oído campanas sin saber muy bien dónde. Con diferentes grados de confusión o precisión gramatical y semántica, Urbán está lejos de encontrarse solo en su postura más que comprensiva con los radicales islámicos, en España y en el resto de Occidente. 

 Lejos de ello: desde el propio Pablo Iglesias pidiendo diálogo, a la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena asegurando que "la respuesta a la barbarie no es la venganza, sino hablar" o su homóloga barcelonesa Ada Colau y su concejal Gerardo Pisarello ("el Gobierno de Hollande responde a las muestras de solidaridad y de condolencia con más terrorismo desde el aire. Un acto indecente que no resolverá nada"), son otros tantos indicios de uno de los fenómenos más curiosos de la historia ideológica de nuestros tiempos: la alianza antinatural de la izquierda con el islam.

 El Islam -más el radical, pero incluso el moderado- representa una visión de la sociedad que está en el extremo opuesto de lo que la izquierda defiende con más énfasis. Todo aquello de lo que los podemitas puedan y suelan acusar a la derecha, el Islam lo cumple elevado a la máxima potencia. ¿Estado secular? Imposible: el islam no diferencia entre ambos, y muchos de sus mandatos exigen una autoridad política que los aplique. ¿Ideología de género? Absolutamente 'haram'. ¿Feminismo? No me haga reír. Pacifismo, tolerancia, libertad de expresión... Elijan el campo que quieran.

 Y, sin embargo, las evidencias de una alianza táctica entre la izquierda, y especialmente la más radical, y el islam, y especialmente el islam más radical, están por todas partes. Ante cualquier comportamiento violento de grupos islamistas, es siempre la izquierda la que muestra la reacción más comprensiva, esforzándose por 'explicar', minimizar o incluso justificar el acto.

 Vivimos un momento de extraños compañeros de cama, de fractura de las líneas ideológicas de la posguerra y alianzas inesperadas. Ante cada nueva crisis observamos cómo ya no hay una derecha que defienda en bloque una postura, atacada también en bloque por la izquierda. Así, el conflicto de Ucrania o la figura de Putin agrupa a izquierdistas y derecha en un bando y a otra izquierda y otra derecha, en el otro.
Pero ninguna de estas alianzas es, como señalamos, tan violentamente antinatural como la que une al islam con la izquierda. ¿Cómo es posible, de dónde nace este estrambótico 'pacto de suicidio'?

 Lo primero que hay que entender, el sucio secreto de la izquierda occidental, es que a lo largo de la posguerra fue perdiendo su base natural, su ejército proletario, los parias de la tierra de los que canta la Internacional. El obrero fabril, lejos de cumplir las profecías de Marx y depauperarse hasta la absoluta indigencia y multiplicarse en número, mejoró de forma constante sus perspectivas económicas y nivel de vida, pasando a engrosar la creciente clase media.  La izquierda, aunque mantuvo la retórica obrerista, necesitaba urgentemente otra 'clase oprimida' que justificara su visión y su lucha, y encontró muchas: el propio planeta, con el ecologismo, las mujeres oprimidas por el Patriarcado, los homosexuales y demás compañeros de viaje, los pueblos indígenas oprimidos por la herencia colonial, los inmigrantes discriminados por nuestra sociedad xenófoba...

 El Islam representa a estos dos últimos grupos. El islamismo exterior, en el extranjero, viene a ser una revuelta marxista de los desheredados con un pintoresco disfraz religioso; el interior, es la reacción contra la opresión xenófoba. Los musulmanes son, en fin, una potente internacional proletaria que aún no tiene la conciencia correcta, pero es solo cuestión de tiempo.

 Basta con observar una lista parcial de intelectuales de izquierdas que mostraron una actitud ambigua, justificaron o incluso celebraron públicamente el atentado contra las Torres Gemelas de Nueva York de 2001 para hacerse una idea de la amplitud del fenómeno: Jean Baudrilliard, Damien Hirst, Norman Mailer, Dario Fo, Nelson Mandela, Harold Pinter, Arundhati Roy, Jose Saramago, Susan Sontag, Karlheinz Stockhausen, Oliver Stone, Hunter S. Thompson, Ted Turner, Desmond Tutu, Peter Ustinov, Gore Vidal...
Sí, el islam parece representar todo lo que la izquierda aborrece, pero eso es solo producto de la 'falsa conciencia'. El enemigo es el de siempre, Occidente, y muy especialmente su herencia cristiana. Explica perfectamente el periodista y autor británico Peter Hitchens: “La hostilidad de la izquierda hacia el cristianismo es específica, porque el cristianismo es la religión de sus propios hogares y de su tierra. El Islam ha sido un credo distante y exótico que nunca se les ha enseñado como una fe viva y probablemente nunca se les ha propuesto en la práctica como opción de vida.  Por tanto pueden simpatizar con él porque es el enemigo de su monocultura y como un factor anticolonialista y, por tanto, progresista. Algunos marxistas formaron alianzas con los musulmanes británicos pese a sus muy reaccionarias actitudes con respecto a las mujeres y los homosexuales. Otros prefieren vivir en un estado de doblepensar no resuelto.”

 La izquierda está atrapada en una prisión conceptual marxista que la obliga a ver el mundo bajo un prisma simplista, el de opresor/oprimido, ciega para cualquier realidad que no quepa en ese esquema aunque le golpee en la cara. Como resume el periodista americano Dennis Mitzner,la izquierda pasa por alto la religiosidad islámica porque ve a los musulmanes como parte de su propia lucha contra la hegemonía occidental. "El islam no parece a la izquierda una amenaza en el mismo sentido que el cristianismo o el judaísmo. Miran a cristianos y judíos y ven riqueza; miran a los musulmanes y ven pobreza". Siendo hijos de Marx, "ver el mundo bajo el prisma de las condiciones económicas es perfectamente lógico".

 En Occidente, el islam se deja querer. Vota a esa misma izquierda sin dios porque es votar concesiones, sin más. Pero la ironía es que la victoria total de cualquiera de los dos aliandos es el exterminio absoluto del otro. Si la izquierda triunfa absolutamente, impondrá un régimen en el que no habrá lugar para la discriminación de los homosexuales, la discriminación de las mujeres o, ya que vamos a ello, la religión, mucho menos una que pretenda imponerse políticamente. Si, por el contrario, los islamistas se salen con la suya, la izquierda sufrirá el mismo destino que el resto de los infieles, multiplicado. Los cristianos tienen un lugar, subordinado y servil, en la cosmovisión islámica. Los ateos, en cambio, son reos de muerte. De la independencia de la mujeres o de la 'visibilización' de los homosexuales, mejor nos olvidamos.

 Para los izquierdistas más perceptivos, los que advierten estas irreconciliables diferencias -igual que para los islamistas más astutos-, se trata de una carrera. La izquierda confía en 'domar' a los islamistas, que a corto plazo suponen, sin más, un contingente añadido de votos. Confían en que nunca lleguen a imponerse numéricamente o que, cuando lo hagan, ya hayan sido convenientemente secularizados por la influencia de la vida occidental. En su cosmovisión, la religión no es más que "superestructura". Su ignorancia sobre los siglos de historia musulmana suele ser total.

 Para los islamistas, en cambio, la izquierda occidental son traidores útiles en Dar al Herb, la Tierra de la Guerra, de los que han encontrado muchos a lo largo de la historia, fenómenos pasajeros que serán absorbidos y sometidos a su tiempo sin problemas. Y que, si se obstinan en sus ideas seculares y nefandas, ni siquiera obtendrán el magro consuelo de los dhimmis y su destino será la espada.

✒ Redacción | La gaceta (España) | Domingo 22 de noviembre de 2015.

27.10.15

Exposing the real Che Guevara and the useful idiots who idolize him


 El libro no sólo se preocupa por la vida pública de Ernesto Guevara, sino que también profundiza en su vida privada para contrastar la versión que lo presenta como un despreocupado por las riquezas terrenales. Permanentemente, Fontova nos recuerda de la crueldad y el ansia de sangre y muerte del Che Guevara utilizando como fuentes sus propias declaraciones y escritos. La evidencia es elocuente. Los datos y testimonios del libro por momentos ponen la piel de gallina al lector. Sin embargo, este genocida latinoamericano sigue siendo idolatrado por miles y miles de jóvenes, intelectuales, periodistas y hasta políticos.


 Buscar desenmascarar un mito es indudablemente una tarea ardua. Si encima se trata de quien adorna las remeras, brazos, colgantes, bolsos y demás accesorios de buena parte de la juventud del mundo, el desafío se hace casi imposible. Por supuesto, se trata de Ernesto “Che” Guevara, el inmortalizado mito guerrillero, a quien la prensa mundial y hasta Hollywood se han deleitado describiendo y mostrando como un joven rebelde, en permanente lucha por sus ideales.

 Este es el gran desafío que se propone Humberto Fontova, autor de varios libros sobre el tema y una de las víctimas de las atrocidades realizadas por el Che Guevara y sus socios cubanos, ya que a los siete años de edad tuvo que huir raudamente del país con su madre y hermano sin saber si su padre sería o no fusilado por el argentino que entonces capitaneaba las ejecuciones en la cárcel La Cabaña. Así, intentando despegarse de toda carga emocional, Fontova realiza una minuciosa investigación sobre el Che Guevara, suministrando datos bien documentados y testimonios de quienes en uno u otro momento de sus vidas compartieron un tiempo con el mítico guerrillero.

 Con gran sencillez y una impecable rigurosidad, Fontova comienza describiendo la llegada del Che Guevara a Nueva York para dar su famoso discurso ante la Asamblea General de la ONU en 1964. Aunque tal como documenta el autor, esto era sólo una máscara para ayudar a coordinar la voladura de la Estatua de la Libertad, atentado afortunadamente frustrado por el FBI.

 Durante todo el libro, Fontova se centra en la actitud de roqueros como Santana y Rage Against the Machine, o estrellas de Hollywood como Johnny Deep, Robert Redford y Angelina Jolie que llevan en sus atuendos o en sus pieles el marketinero rostro inmortalizado por Korda. Por este motivo, dedica gran parte del libro a demostrar las crueldades del Che para con todo rebelde, en fin, con quien pretendiera romper las reglas impuestas por él. Incluso el nieto de quien fuera idolatrado por sus biógrafos, Jon Lee Anderson y Jorge Castañeda, Canek Sánchez Guevara, ahora exiliado en México, tomó la decisión de abandonar el sistema creado por su abuelo por considerar que “el régimen demanda sumisión y obediencia… el régimen persigue a hippies, homosexuales, libre pensadores, y poetas… Utilizan un sistema constante de vigilancia, control y represión”.

 El libro está repleto de anécdotas y detalles no muy conocidos, no sólo del Che Guevara, sino también del régimen que Fidel Castro dominó con mano férrea durante casi cincuenta años y ahora su hermano pretende extender en una suerte de dinastía. Así también, detalla la persecución específica recibida por homosexuales por parte del gobierno cubano desde mediados de la década del 60 con las Unidades Militares de Ayuda de Producción (UMAP). Se trataba de campos de concentración y trabajo forzado para homosexuales y otros “elementos antisociales” cuyo lema era “El trabajo los hará hombres” frase que recuerda al cartel de Auschwitz “El trabajo los hará libres”.

 El libro no sólo se preocupa por la vida pública de Ernesto Guevara, sino que también profundiza en su vida privada para contrastar la versión que lo presenta como un despreocupado por las riquezas terrenales. De todas las propiedades confiscadas por el régimen en 1959, el Che eligió como morada la más lujosa de la isla, perteneciente al, hasta entonces, constructor más importante del país, una mansión con puerto de yates, una enorme pileta de natación, siete baños, sauna y hasta un enorme televisor con lo que en esa época era poco conocido incluso en Estados Unidos: un control remoto. En este sentido también profundiza sobre la ambición de Guevara e incluso pone en duda con documentos concretos, su supuesto título de médico.

 En otro apartado el libro alcanza momentos hilarantes al relatar los “conocimientos” del Che sobre la guerra de guerrillas y su rol, tanto en Sierra Maestra como en el Congo y en Bolivia, donde éste se entrega con la famosa frase: “¡no disparen! Valgo más vivo que muerto” (como si esto fuera distinto para quienes él fusiló…). Aparentemente el Che se entrega gustoso no sólo creyendo que no lo iban a matar, sino viendo que ésa era su mejor salida, ya que estaba perdido, con hambre y bastante solo (sin apoyo popular) en medio de la selva boliviana. De hecho, en el único enfrentamiento en el que el Che tuvo éxito, según el autor, fue cuando tuvo lugar la invasión de Bahía de los Cochinos, momento en el cual el argentino vio su oportunidad de lucirse y se dirigió con un buen batallón al lugar opuesto de la isla donde la CIA había preparado un señuelo.

 Permanentemente, Fontova nos recuerda de la crueldad y el ansia de sangre y muerte del Che Guevara utilizando como fuentes sus propias declaraciones y escritos. “Si los misiles se hubiesen quedado en Cuba los habríamos utilizado contra el mismo corazón de los Estados Unidos, incluyendo Nueva York. Nunca debemos establecer una coexistencia pacífica. ¡Debemos caminar el camino de la victoria incluso si cuesta millones de víctimas atómicas!” declararía el argentino alLondon Daily Worker . Fue este supuesto Jesús contemporáneo quien afirmó “un revolucionario debe convertirse en una fría máquina de matar motivada por puro odio”. Esto sumado a su famosa declaración en Montevideo en 1964: “Claro que fusilamos. Y continuaremos fusilando cuanto sea necesario”. Según estimaciones, hasta 1970, el número de fusilamientos alcanzaba los 1400 en el “paraíso tropical”.

 Por este motivo, Fontova dedica un capítulo a una de las aparentes pasiones del Che: los fusilamientos. De esta forma, explica cómo el argentino idolatrado entonces por la revista Times y el New York Times, se convirtió en una “efectiva y violenta máquina de matar”. Es aquí donde el libro toma su lado más doloroso y relata historias realmente dignas de una película de terror sádico. Cuenta cómo este supuesto héroe mandó a fusilar a personas ante la impotente mirada de sus padres, esposas y familiares en general, deleitándose en el acto. A tal punto llegaba su sadismo, que el argentino eligió, en La Cabaña, la oficina que mejor vista tenía al paredón donde se realizaban los fusilamientos.

 Pero no todo es crítico. Fontova relata los éxitos del Che Guevara como Ministro de Economía. Ya que fue con la gran ayuda de este argentino que Cuba logró convertir a la sangre humana en un commodity para venderla a Vietnam del Norte. Todo esto está incluso documentado por la Comisión de Derechos Humanos de la Organización de Estados Americanos.

 La evidencia es elocuente. Los datos y testimonios del libro por momentos ponen la piel de gallina al lector. Sin embargo, este genocida latinoamericano sigue siendo idolatrado por miles y miles de jóvenes, intelectuales, periodistas y hasta políticos. ¿Por qué esta idolatría si los datos son tan concretos, si se sabe que asesinó a sangre fría a tanta gente y se quedó con las ganas de acribillar a tantos más? El libro también responde esta pregunta con una anécdota en la cual el cubano americano Henry Gómez caminaba por la calle luciendo su remera casera con la frase “El Che está muerto – acéptenlo”. Justo entonces, se cruza con el guitarrista Carlos Santana quien le dice que eso no es cierto porque “el Che vive en nuestros corazones”. Por supuesto, este joven cubano le comenzó a dar datos respecto del odio y la crueldad de este personaje como así también los sufrimientos por los que han pasado los cubanos por casi medio siglo, a lo cual el roquero le contesta: “Te estás aferrando demasiado a los hechos”.

 Es así, no hay peor ciego que el que no quiere ver. Pero quien esté dispuesto a abrir sus ojos y aferrarse a los datos concretos, en lugar de las fábulas imaginarias de hagiógrafos del Che y adoradores del régimen castrista que prefieren vivir en Estados Unidos, aquí tienen el libro indicado. Contundente, ameno, pero a la vez crudo y fundamentalmente basado en datos concretos.

Hernán Alberro es Director de Programas del Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (CADAL) www.cadal.org


✒ Hernán Alberro* | Análisis Latino  | 31 de octubre de 2007.
http://www.analisislatino.com/notas.asp?id=2142 

* Acerca del autor
Hernán Alberro
Licenciado en Periodismo en 2002 (Universidad del Salvador) y Maestrando en Administración y Políticas Públicas (Universidad de San Andrés). Realizó seminarios en Foundation for Economic Education (FEE) en Nueva York, en The Institute for Humane Studies y en National Endwoment for Democracy en Washington D.C. sobre temas referentes a la libertad y administración de think tanks. Fue Coordinador de Programas de la Fundación Atlas para una Sociedad Libre (2000-2002). Trabajó como periodista económico en Internet Global Solutions (2001-2002) y en Total News (1998 y 2000). Fue Profesor de Comunicación Social y Metodología del Instituto Secundario Toratenu (2001). Trabajó como director de cuentas y análisis de contenidos en SCi, Sistemas de Comunicación Interna (1999-2001). Como traductor ha publicado varios trabajos dentro de las organizaciones en las que se desempeñó, destacándose la traducción de La Rebelión de Atlas de Ayn Rand (Grito Sagrado, Buenos Aires: 2003).
Twitter: @halberro

20.10.15

El mito Guevara


 La pala­bra mito, de raíz griega, tiene varias acep­cio­nes en el dic­cio­na­rio; una de ellas es: “Per­sona o cosa a la que se le atri­bu­yen cua­li­da­des o exce­len­cias que no tie­nen, o bien, una reali­dad de la que care­cen”. Rodrigo Borja, en su Enci­clo­pe­dia Polí­tica nos dice que “en los pue­blos moder­nos se ha for­jado tam­bién una suerte de mito­lo­gía polí­tica. El mito, en defi­ni­tiva, tiene ele­men­tos extraí­dos de la reali­dad y de la fan­ta­sía”. La fic­ción y la his­to­ria se entre­mez­clan para dar a cier­tos indi­vi­duos y a sus actos, una ima­gen agran­dada, por fac­to­res sen­ti­men­ta­les o ideológicos.

 Todas estas refle­xio­nes con­cep­tua­les se me vie­nen a la mente al medi­tar sobre la trans­mu­ta­ción que, con el paso de los años, ha expe­ri­men­tado la ima­gen del gue­rri­llero argen­tino Ernesto “Che” Gue­vara. Cuando este hom­bre murió en las sel­vas de Boli­via, luego de una embos­cada que le ten­dió el Ejér­cito boli­viano, ase­so­rado por la CIA, las úni­cas lágri­mas derra­ma­das por su triste muerte pro­vi­nie­ron de los sec­to­res de ultra­iz­quierda, obse­sio­na­dos con la toma del poder por la vio­len­cia, quie­nes vie­ron con frus­tra­ción la desa­pa­ri­ción de su ada­lid en esa lucha. A nadie se le ocu­rrió que había muerto un már­tir de vida ejem­plar; un modelo de con­ducta para los seres huma­nos. Pero, con el correr de los años y la falaz repe­ti­ción de una his­to­ria dis­tor­sio­nada por bió­gra­fos e inte­lec­tua­les mar­xis­tas, comenzó el pro­ceso de miti­fi­ca­ción del per­so­naje. La foto del gue­rri­llero con boina se con­vir­tió en un recurso estra­té­gico de mar­ke­ting polí­tico e ideo­ló­gico; y, des­pués de más de 40 años de su muerte, los jóve­nes, en su gran mayo­ría des­co­no­ce­do­res de la his­to­ria, pien­san que el “Che” Gue­vara fue un idea­lista obse­sio­nado con nobles metas, un lucha­dor por la jus­ti­cia, un pala­dín al que hay que venerar.

 Nada de eso. Gue­vara ase­sinó con cruel­dad a mucha gente. En una orgía de san­gre, en la famosa pri­sión de la Cabaña, fusiló, sin jui­cio pre­vio, a cen­te­na­res de pri­sio­ne­ros. Se citan por dece­nas sus pre­di­cas de odio e inci­ta­ción al cri­men como recurso nor­mal en la lucha de cla­ses. Jamás se puede jus­ti­fi­car arre­ba­tar la vida a los seres huma­nos en nom­bre de la jus­ti­cia, en la igual­dad de los hom­bres y otros nobles fines. Cuando a Octa­vio Paz se le pre­guntó por qué no se había adhe­rido a la revo­lu­ción, uti­lizó en su con­tes­ta­ción el mismo argu­mento que esgri­mió Cha­teu­briand hace dos siglos, quien, cuando se le inqui­rió por qué no par­ti­cipó en la revo­lu­ción fran­cesa, mani­festó que tuvo la inten­ción de abra­zarla, pero cuando vio una cabeza humana cla­vada en una pica, dio un paso atrás, pues jamás podía admi­tir que se ase­si­nara en nom­bre de la libertad.

✒ Enrique Valle Andrade | Diario Hoy, Ecuador  | Miércoles 29 de febrero de 2012.

9.10.15

"No disparen! Soy el Che!"

 
El 9 de octubre es el aniversario del día que "el héroe de la guerrilla" dijo: "¡Por favor no disparen, no me maten! Soy el Che y valgo más vivo que muerto!"
     
Según muchos testigos, las víctimas del Che se comportaron de manera muy diferente en su último día de vida cuando gritaban: "Viva Cuba Libre o  Viva Cristo Rey!"

 Carlos Machado tenía 15 años en 1963 cuando las balas destrozaron su cuerpo. Su hermano gemelo y su padre se derrumbaron junto a Carlos en la misma descarga. Sus sentencias de muertes fueron firmadas por el Che.
     
 En la Nochebuena de 1961 Juana Díaz había sido encontrada culpable de alimentar clandestinamente a los "bandidos" del Escambray y fue fusilada.
 Estaba embarazada de seis meses. Su sentencia de muerte fue firmada por el Che.
     
 Tradicionalmente, de los miembros del pelotón de fusilamiento, hay uno o dos con balas de salva. Menos en Cuba donde todos llevan munición de verdad.  Y ha habido casos en que las víctimas han sido ultimadas por un pelotón de fusilamiento que portaban ametralladoras, como cuando ametrallaron en la Finca La Campana a mi primo el Comandante Porfirio Ramírez, a Plinio Prieto, Sinesio Walsh y otros.
 
  Según el grupo de derechos humanos Freedom House un total de 500.000 personas ha pasado por los campos de prisioneros de Castro. Coincidiendo con la invasión de Bahía de Cochinos, encarcelaron a más de 150,000 personas. 
 
 "Loco de ira se mancha de rojo mi rifle, mientras que asesina a todo enemigo que cae en mis manos! Mi nariz se dilata saboreando el olor acre de la pólvora y la sangre. Con la muerte de mis enemigos me preparo para la lucha sagrada y unirme el proletariado triunfante con un aullido bestial!". Esto es de la famosa obra sobre el Che "Diarios de Motocicleta", realizado en una película por Robert Redford. Parece que el Sr. Redford omite este pasaje de su película. 
     
 En el combate real sus imbecilidades desafían creencias. El guerrillero más famoso del siglo, de hecho, nunca había peleado en nada que se puede describir adecuadamente como una guerra de guerrillas. Cuando finalmente comenzó a dar una muestra pequeña en Bolivia, fue rápidamente derrotado.  Y del tren blindado en la batalla de Santa Clara hay pruebas y testigos presenciales que indican que dicho tren fue comprado a su jefe, el Coronel Florentino Rosell, por el Che, con dinero proveniente de tributos aplicados de manera forzosa en zonas ya “liberadas.”
 
 "Para enviar hombres al pelotón de fusilamiento, la prueba judicial es innecesaria", declaró  el principal verdugo de la Revolución Cubana, el Che Guevara. "Estos procedimientos son un arcaico detalle burgués. Esta es una revolución! Y un revolucionario debe convertirse en una fría máquina de matar motivado por odio puro".
       
 Dicho Che firmó más de 400 sentencias de muerte durante el primer mes de la Revolución Cubana. El periodista cubano Luis Ortega, que conoció al Che en 1954, en su libro "Yo Soy El Che Guevara”, documenta que El Che envió 1.897 hombres al pelotón de fusilamiento en las mazmorras de la fortaleza habanera de La Cabaña.  En su libro "Che Guevara: Una Biografía" Daniel James escribe que el Che mismo admitió haber ordenado "varios miles" de ejecuciones durante los primeros años del régimen de Castro. 
     
 Su patético lloriqueo en su último día de vida: "Por favor, no disparen!" Soy el Che! "Yo valgo más vivo que muerto!" demuestra que este desgraciado asesino no estaba en condiciones de enfrentar su muerte tan gallardamente como sus víctimas. Testigos presenciales, evocan el episodio de su muerte como algo repugnante, pues su olor era extremadamente fétido y sin estar muerto, apestaba  a eses fecales, a cadáver, lloraba arrodillado, pidiendo clemencia y llorando, cosa que él nunca tuvo con sus prisioneros en la Fortaleza de la Cabaña. 
 
  El nueve de octubre de 1967 el periodista británico Richard Gott, del diario The Guardian, reconoció el cadáver del Che Guevara, asesinado unas horas antes por el sargento Mario Terán en la escuela de La Higuera, en Bolivia. Gary Prado, el militar que capturó al Che en la Quebrada del Yuro, declaró al Journal do Brasil que éste le había dicho antes de morir que había sido abandonado por Castro. 
 
 Para las nuevas generaciones que poco se han ocupado de estudiar la historia contemporánea —pero que lucen orgullosas la estampa del Che en sus camisetas— quizá sea inconcebible el hecho de que la campaña del Che fracasó por la falta de apoyo del Partido Comunista de Bolivia y por el desinterés de Castro, quien obedeció las consignas de la Unión Soviética y cortó el apoyo a su antiguo camarada. 
     
 En los primeros días de la revolución, las ejecuciones sumarias establecieron una “cultura del miedo” que rápidamente elimino la mayoría de la resistencia. En las décadas que siguieron, las condiciones carcelarias inhumanas que a menudo conduce a la muerte, torturas y privaciones indecibles han sido suficientes para mantener a los cubanos intimidados.
 
 Archivo Cuba estima que más de 6,000 cubanos han muerto en frente de los pelotones de fusilamiento y otros 1.200 en "asesinatos extrajudiciales". Che Guevara fue un verdugo alegre en la infame Fortaleza de La Cabaña en 1959 cuando, bajo sus órdenes, casi 2,000 cubanos fueron fusilados. Los menores no se salvaron. Ni las mujeres tampoco. De los 94 menores de edad y mujeres, cuyas muertes han sido documentadas por Cuba Archive, 42 murieron por un pelotón de fusilamiento y 38 en asesinatos extrajudiciales.
 
 Es verdad. La fotografía casual del Che, obra del fotógrafo de modas Alberto Díaz Korda, se ha convertido en la imagen más reproducida de la historia. Qué  paradoja más irónica: la imagen misma de la libertad, el orgullo, la templanza revolucionaria, es la de un cruel idealista, un fanático estalinista, un macho homofóbico, racista y vanidoso enamorado de sí mismo y asesino hasta más no poder.
 
 En La Cabaña el Che solía mandar a los reos al paredón de fusilamiento escribiendo esta nota: "Dale aspirina". En Bolivia le dieron una dosis de su propia “aspirina.” 
     
http://cubaarchive..org/home/index.php?option=com_content&task=view&id=38&Itemid=95  Este site documenta muchos de los muertos víctimas de este “héroe” de la revolución.
 
✒ Juan Denoriega Balaez* | Infobae  | Domingo 19 de abril de 2015.
* El autor es historiador, investigador social y profesor universitario. Reside en Miami.
http://www.neoliberalismo.com/soy-che.htm

1.10.15

Ciertamente, todo socialista es un dictador disfrazado

 Venezuela padece desde hace 16 años los estragos del
socialismo que promovió Hugo Chávez Frías. (
LaTercera.com)

 El pasado 29 de septiembre, se celebraron los 134 años del nacimiento de Ludwig von Mises. Aunque este representante de la tercera generación de economistas de la Escuela Austríaca de Economía murió el 10 de octubre de 1973, su legado sigue vigente hoy más que nunca.


 Se le reconoce como uno de los exponentes más visibles del siglo XX de la Escuela Austríaca de Economía, pero su pensamiento y legado va más allá de la economía. De hecho, bajo este título se inicia toda una corriente impulsada por Mises. Sin embargo, no todos los intelectuales de la Escuela Austríaca de Economía son austríacos, y no todos se limitaron al campo de la Economía.

 Este es el caso de Mises, quien luchó contra el socialismo, y en su obra, bajo este nombre expuso científicamente su imposibilidad.

 Si bien Mises luchó contra el socialismo desde sus obras, las aulas de clases, o en su lucha por la independencia de Austria (relatado en Autobiografía de un liberal), los venezolanos podemos decir hoy en día que sus denuncias y tesis están plenamente confirmadas, pues más que vivirlas, las padecemos.

 Recordemos brevemente los últimos días que acabamos de vivir —o sobrevivir— los venezolanos.

Ataque a los medios
 Como un incidente más en la larga cadena de ataques por parte del Estado a la libertad de expresión, ahora se suma lo ocurrido con el periodista César Miguel Rondón, uno de los más críticos de este régimen, quien recibió una “comunicación” —no un acto administrativo formal, que es lo que corresponde a un ente como este— de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones de Venezuela (Conatel) para recriminarle su supuesta tibieza en la entrevista efectuada al alcalde de la ciudad de Cúcuta, Colombia, Donamaris Ramírez, quien criticó fuertemente la decisión del Gobierno de Venezuela de cerrar la frontera común desde agosto.

Ni Colombia en sus peores momentos en la década de los 80
 A pesar de la promoción del Gobierno de los efectos de la Ley Desarme, el domingo pasado, seis funcionarios de la Policía Municipal de Baruta y cuatro ciudadanos resultaron heridos tras un ataque con “granadas” en horas de la madrugada.

El dólar superó la barrera de los 800 bolívares
 Cuando Chávez llegó al poder, el tipo de cambio estaba en Bs. 0,5 por dólar; hoy la tasa paralela llegó a 816 Bs. por dólar.

 A comienzos de 2015 el precio de la moneda estadounidense estaba en Bs. 173,24 por dólar, y desde entonces ha subido 400%.

 Para que tengan una idea del proceso inflacionario que vivimos los venezolanos, tomen en cuenta que con un billete de Bs. 100, el de más alta denominación, solo se puede comprar 9,4% de lo que se podía comprar con ese mismo billete en el año 2007.

 Como sabemos, las medidas que más directamente inciden en este desmedido aumento son el control de cambio y el control de precios. Y de esto está al tanto el Gobierno, tanto es así que el Banco Central de Venezuela tiene meses sin publicar el Índice de Precios al Consumidor.

 Ahora bien, en cada uno de estos sucesos vemos materializadas las advertencias de Mises, en su libro El Socialismo, al señalar que:

 "La comunidad socialista es una gran asociación autoritaria, en la cual se ordena y se obedece. Se trata de explicar esta noción por medio de las palabras ‘economía planificada’ y ‘supresión de la anarquía en la producción’. Se puede comparar la comunidad socialista con un ejército, en lo que se refiere a su estructura interna. Por otra parte, cierto número de socialistas se complacen en emplear la frase ‘ejército de trabajo’. Todo en la comunidad socialista, al igual que en un ejército, está sujeto a las disposiciones que toma la dirección superior”.

 Desde el año 2003, este Gobierno tiene la intención de planificar la economía, al instaurar el control de cambio y el control de precios; aplicar una política sistemática de desconocimiento de la propiedad privada; consolidar el Estado propietario; y destruir el aparato productivo del sector privado.

 Al comprometerse los derechos y libertades económicas, se comprometen el resto de las libertades civiles y políticas, como vimos claramente con el caso de César Miguel Rondón, en el que se evidencia una clara transgresión de la libertad de expresión.

 Y esto último era inevitable, si recordamos lo que nos decía Mises, que la corrupción es un mal propio de todo Gobierno que no está controlado por la opinión pública.

 En Venezuela, cada día es más difícil el control de la actuación del Estado por parte de la opinión pública, si se arremete contra la poca prensa imparcial e independiente cuando se critica una determinada actuación.

 Frente a estos acontecimientos de los últimos tiempos, nuestro dictador no se presenta tan disfrazado y lo que nos queda es tener siempre presente la máxima personal de Mises: “no cedas ante el mal…”.

 Esto es lo que pretendemos hacer desde Cedice, con más de 30 años en esta labor; y desde el incipiente Instituto Ludwig von Mises Venezuela.

✒ Andrea Rondón García* | PanAm Post  | 1 de octubre de 2015.
*Andrea Rondón García es doctora en Derecho de la Universidad Central de Venezuela. Es directora del Comité de Derecho de Propiedad de Cedice Libertad y directora académica del Instituto Ludwig von Mises Venezuela. Rondón se desempeña además como profesora de la Universidad Católica Andrés Bello. Síguela en @arondon75.
http://linkis.com/es.panampost.com/gui/4u5Zt 

29.9.15

A 40 años de Operación Primicia

 La acción más espectacular de la guerrilla, que incluyó el secuestro en pleno vuelo del avión más moderno de Aerolíneas Argentinas, el copamiento de un aeropuerto, el ataque a un cuartel en la periferia del país y la fuga en ese mismo avión y en una avioneta, ocurrió el 5 de octubre de 1975 y fue el debut del Ejército Montonero, en pleno gobierno constitucional del peronismo. 

REGIMIENTO DE INFANTERÍA DE MONTE 29. Los cuerpos de los montoneros
quedaron en el cuartel. En el 75 era el segundo en poder de fuego en el país.

 Con sus rangos y sus uniformes color azul, el Ejército Montonero fue el instrumento que la guerrilla peronista, encabezada por el “oficial superior” Mario Firmenich, imaginó para enfrentar el golpe militar del que hablaban todos y acelerar la llegada de la revolución socialista.

 Eso fue el domingo 5 de octubre de 1975 a la hora de la siesta, en la ciudad de Formosa, durante la presidencia de Isabel Perón, que estaba en Ascochinga, en las sierras de Córdoba, reponiéndose de sus crónicos problemas de salud; ocupaba su lugar el senador Ítalo Argentino Luder, que intentaba sacar a flote un gobierno que naufragaba en medio de una tormenta de violencia, inflación y denuncias de corrupción.

 Unos 70 combatientes participaron en forma directa en esta operación, que tuvo cinco etapas, algunas de ellas simultáneas: 

• Secuestro del Vuelo 706 de Aerolíneas Argentinas, con 102 pasajeros y seis tripulantes, que se dirigía a Corrientes pero fue desviado a Formosa, a 1.190 kilómetros de Buenos Aires. 

• Copamiento del aeropuerto internacional “El Pucú”, en la entrada de la capital formoseña. Hubo un policía muerto.

• Ataque al Regimiento de Infantería de Monte 29, el segundo en poder de fuego de todo el país. Los montoneros estaban convencidos de que los soldados de guardia, que cumplían con el servicio militar obligatorio, entregarían las armas, pero no fue así. También murió el soldado que abrió las puertas del cuartel, Roberto Mayol, un santafesino que estudiaba abogacía y era “oficial segundo” de Montoneros. 

• Fuga de los guerrilleros que sobrevivieron al ataque en el modernísimo Boeing 737-200 de Aerolíneas y en un Cessna 182 de cuatro plazas que sirvió para confundir en el aire a los perseguidores. 

• Aterrizaje del avión de Aerolíneas a 700 kilómetros de Formosa, en una pista preparada para la ocasión en una estancia cerca de Rafaela, la “Perla del Oeste” santafesino. El Cessna bajó en una arrocera en las afueras de Corrientes.

 Operación Primicia fue diseñada y dirigida por el “oficial superior” Raúl Yaguer, más conocido como “El Gringo”, “Roque” o “Mario”, un ingeniero químico santafesino metódico y cáustico que era el número cuatro de la cúpula nacional de Montoneros. Los tres primeros en la jerarquía, Firmenich, Roberto Perdía y Roberto Quieto, aprobaron el copamiento.

 Fue el primer ataque de Montoneros a un cuartel militar; el inicio de la lucha directa contra las Fuerzas Armadas, que pasó a ser su enemigo principal en la causa por la revolución socialista y la liberación nacional; por eso el nombre de la operación, Primicia, una palabra muy utilizada por los periodistas para referirnos a un hecho valioso que se revela por primera vez.

 Montoneros estaba organizado en todo el país y la Regional Nordeste abarcaba el norte de Santa Fe, Chaco, Formosa, Corrientes y Misiones. Uno de los nombres fuertes era el de Carlos Kunkel, actual diputado kirchnerista, quien había sido trasladado allí en 1974, luego de su renuncia a una banca de diputado nacional y su expulsión del peronismo debido a su oposición a un proyecto de ley del presidente Juan Perón que endurecía la represión contra la guerrilla. 

 Kunkel siempre se negó a ser entrevistado para aclarar varias dudas; por ejemplo, si participó en algún momento y de alguna manera en el ataque al cuartel de Formosa, como afirman varios sitios en Internet.

COMUNICADO. Parte de guerra de la agrupación Montoneros sobre el ataque.

El golpe

 Operación Primicia no fue sólo una acción que parece salida de un guión cinematográfico: conmovió al gobierno, al peronismo y a los militares, y provocó que el general Jorge Videla y el almirante Emilio Massera —ya eran los jefes del Ejército y la Marina— fijaran la fecha para el golpe del 24 de marzo de 1976. 

 Es que luego del ataque, Isabel decidió acortar su licencia médica y volver a la presidencia; los militares y parte del peronismo y del sindicalismo presionaron a Luder para que se quedara en la Casa Rosada y completara el mandato constitucional, hasta las elecciones del año próximo, pero el senador no aceptó: “Yo no voy a ser el traidor de la señora de Perón”, argumentó. Videla y Massera decidieron entonces dar el golpe, pero no pudieron convencer al jefe de la Fuerza Aérea, el brigadier Héctor Fautario: eso ocurrió en un tenso almuerzo en el Delta, a bordo de un yate de la Armada, el viernes 17 de octubre de 1975. Igual siguieron adelante y a fines de aquel año lograron desplazar a Fautario impulsando una rebelión entre los aviadores que desembocó en su reemplazo por el brigadier Orlando Agosti. Videla, Massera y Agosti, los nombres de la primera junta militar.

Los tres decretos

 Operación Primicia impactó en la opinión pública, en especial por la muerte de los diez colimbas de 21 años que defendieron el cuartel; tanto que La Opinión, el diario de Jacobo Timerman, considerado de centroizquierda, afirmó en tapa: “El país está en guerra; todo el país, a lo largo y a lo ancho de su territorio”.

 El gobierno peronista reaccionó con tres decretos que ordenaron a las Fuerzas Armadas la ejecución de “las operaciones militares y de seguridad que sean necesarias a efectos de aniquilar el accionar de los elementos subversivos en todo el territorio del país”. 

 Hacía tiempo, desde que habían vuelto a la lucha armada el año anterior, que Montoneros consideraba que el gobierno de la viuda de Perón “carecía de razón social”, como explicó Firmenich en 1978 en Resistir, una película rodada entre Francia e Italia por Jorge Cedrón con guión del poeta, escritor y periodista Juan Gelman.

 En ese film, un Firmenich de 29 años y barba y bigotes a lo Fidel Castro se presentó como “jefe del Partido Montonero y del Ejército Montonero” y no mostró ningún lamento por el abrupto final del gobierno peronista ya que en su opinión era apenas un velo que impedía al pueblo desarrollar su esencia revolucionaria.

La represión

 Operación Primicia anticipó cómo sería la represión tras el golpe militar: después del ataque, cuando todo había pasado, patrullas del Ejército mataron a tres vecinos que no tenían nada que ver con los guerrilleros; los testimonios indican que un estudiante secundario de 15 años y un joven policía de civil fueron fusilados mientras estaban tirados en el suelo.

 Prácticamente todos los guerrilleros que participaron del ataque fueron muertos por el Ejército, antes o después del golpe de Estado. Dos de ellos —Horacio Pietragalla (“Chacho” o “Ángel”) y Eduardo Jensen (“Añamen”)— fueron capturados el 15 de octubre de 1975 en el bar Royal de la ciudad de Córdoba, hacia donde habían huido desde Resistencia y Corrientes. 

 Pietragalla era el número dos de la Regional Nordeste de Montoneros y, junto con su mujer, había instalado en Resistencia un negocio de venta y distribución de máquinas y artículos de oficina que funcionaba como una pantalla; fue el lugar donde las columnas montoneras se concentraron antes del ataque al cuartel de Formosa. 

 Fuentes consultadas para mi libro “¡Viva la sangre! me contaron que Pietragalla y Jensen fueron las dos primeras víctimas del Comando Libertadores de América, un grupo paraestatal vinculado orgánicamente con el Tercer Cuerpo de Ejército, que ya estaba a cargo del general Luciano Benjamín Menéndez.

 Pietragalla —padre del diputado kirchnerista del mismo nombre— y Jensen se convirtieron en los primeros desaparecidos en Córdoba luego de los tres decretos despachados por el gobierno nacional.

Oro y bronce

 El kirchnerismo y las organizaciones de derechos humanos consideran que los muertos en el cuartel de Formosa tienen un valor distinto. Asoma allí un doble estándar: 

• Por un lado, los conscriptos sólo son recordados en Formosa y en 2010, cuando fue publicado mi libro Operación Primicia, sus padres debían arreglarse con una pensión mensual de 842 pesos; era el sueldo básico de cabo, rango al que fueron ascendidos sus hijos.

• Por el otro, la mayoría de los guerrilleros muertos durante el combate en el regimiento figura en los renovados anexos del Nunca Más; es decir, en los listados de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (Conadep) actualizados por el gobierno de Néstor Kirchner, y en el Monumento a las Víctimas del Terrorismo de Estado que se levanta en la Costanera porteña. Además, sus parientes ya cobraron una indemnización del Estado que en marzo de 2010 ascendía 620.919 pesos (cien veces el sueldo más alto de la administración pública nacional). 

Los conscriptos muertos formaban parte de un grupo desafortunado compuesto por los “soldados del domingo por la tarde”, es decir por los más pobres, que no tenían dinero para visitar a sus familias en el interior de la provincia y acostumbraban a cambiar sus francos por una pequeña suma de dinero, como Hermindo Luna, un “criollo” de Las Lomitas, y por los más generosos, como Edmundo Sosa, un muchacho sin padre que, primero, postergó su baja para que saliera en su lugar un compañero que era más pobre que él y tenía dos hijos que alimentar, y luego, aquel domingo 5 de octubre, le había cedido su franco a otro colega para que fuera a Clorinda a ganarse unos pesos en el acarreo de bolsas de harina de contrabando a Paraguay. 

Un cálculo simple indicaba que la madre de Sosa, por ejemplo, debía cobrar esa pensión de 842 pesos todos los meses durante 61 años y medio de su vida para llegar a la suma ya percibida por los parientes de cada uno de los guerrilleros. Y sin que hubiera inflación.

Con el tiempo, el diputado formoseño Ricardo Buryaile, del radicalismo, presentó un proyecto de ley para que los parientes de los soldados fueran indemnizados con el mismo dinero que ya habían cobrado los herederos de los guerrilleros. Pero, luego de muchas idas y vueltas, el proyecto no fue aprobado por la oposición de los diputados kirchneristas.

Estirando la ley

Es llamativo: un Estado democrático indemnizando a quienes atacaron a otro Estado democrático, cuyo gobierno, constitucional, era encabezado por la viuda de Juan Perón, que había sido elegida vicepresidenta el 23 de septiembre de 1973; era la compañera de fórmula de su marido, que sumió pero murió el 1° de julio de 1974.

¿Cómo ocurrió esto? La Ley 24.411, sancionada en 1994 durante el gobierno de Carlos Menem, estableció una indemnización para los herederos de los desaparecidos y de “toda persona que hubiese fallecido como consecuencia del accionar de las fuerzas armadas, de seguridad, o de cualquier grupo paramilitar con anterioridad al 10 de diciembre de 1983”.

Los fundamentos de esa ley y los discursos de diputados y senadores indican que el objetivo era reparar las violaciones a los derechos humanos cometidas por el terrorismo de Estado, pero no la represión a la guerrilla realizada durante los gobiernos constitucionales y dentro de la ley. 

Sin embargo, la nueva interpretación oficial es que las indemnizaciones incluyen a los guerrilleros muertos en cualquier tipo de enfrentamiento con militares, gendarmes y policías hasta la vuelta a la democracia y desde un momento no precisado pero que en la secretaría de Derechos Humanos ya estiran al 16 de junio de 1955, fecha del bombardeo a la Plaza de Mayo. 

En los anexos del Nunca Más, presentados en la Feria del Libro en 2006, figuraban ocho de los doce guerrilleros muertos durante el ataque al cuartel de Formosa; todos como víctimas de “ejecución sumaria”, una categoría creada por el gobierno kirchnerista. La fuente de esa información era “REDEFA”, el Registro de Fallecidos de la Ley 24.411. 

Es decir que primero sus herederos cobraron la indemnización creada durante el menemismo y luego, en el kirchnerismo, su nombre fue incorporado al listado de la Conadep. El oro, por un lado, y el bronce, por el otro.

Los montoneros muertos en Formosa no están solos en los nuevos listados del Nunca Más: en total, son 545 los nombres que provienen del REDEFA y casi todos (526) son considerados víctimas de “ejecución sumaria”, entre ellos los caídos en los ataques a los cuarteles de Villa María, Fray Luis Beltrán, Azul y Monte Chingolo. 

También figuran guerrilleros muertos en tiroteos con la policía y mientras preparaban bombas, y hasta el cordobés Fernando Haymal, quien fue fusilado el 6 de septiembre de 1975 pero no por los militares o la policía sino por Montoneros, acusado de traición y delación, como informó la revista Evita Montonera, en su número 8. 

Esas irregularidades son investigadas ahora por el juez federal Claudio Bonadio, que ya allanó dos veces la secretaría de Derechos Humanos para incautar los legajos cuestionados. El ataque en la siesta formoseña de hace 40 años se dirime ahora en los tribunales porteños.

 Ceferino Reato | La Gaceta de Tucumán | Domingo 27 de septiembre de 2015.
http://www.lagaceta.com.ar/nota/655036/la-gaceta-literaria/a-40-anos-operacion-primicia.html

24.9.15

Las sanciones contra el régimen castrista


“El odio como factor de lucha; el odio intransigente al enemigo, que impulsa más allá de las limitaciones naturales del ser humano y lo convierte en una efectiva, violenta, selectiva y fría máquina de matar”. Ernesto “Che” Guevara.

El olvido de la verdad


 Escuché a Nelson Castro transmitiendo directamente desde Cuba decir textualmente que el embargo decidido por el gobierno de los Estados Unidos a Cuba, en octubre de 1960, “era inmoral, porque perjudicó al pueblo cubano”.

 Me extraña que este periodista sobresaliente en su defensa de la democracia y los derechos humanos dijera esto.

 Antes de pasar revista a los hechos que motivaron dicho embargo, creo necesario recordarle a Nelson Castro que una parte de esos hechos fueron los asesinatos de veintinueve niños argentinos, cometidos por la “juventud maravillosa”, cuyos comandantes se entrenaban en la isla, financiados por la Unión Soviética, para que implantaran un régimen totalitario marxista-leninista en Argentina.

 Pero relatemos los hechos previos a octubre de 1962, en plena guerra fría, cuando se implantaron estas sanciones contra el régimen comunista de Cuba.

Por qué sancionaron a Cuba

 Hasta 1959, Hispanoamérica no había caído en la faz violenta de la guerra de guerrillas y solo se manifestaba el conflicto en conflictos provocados por agitadores profesionales. La guerra fría todavía no se había tornado caliente en nuestras naciones. ¿Cómo fue que alcanzo esta faz sangrienta?

 Tres meses después que Fidel Castro tomara el gobierno de Cuba, en 1959, se dio el primer acto bélico de la guerrilla marxista, enviada desde la isla. El objetivo fue el estratégico istmo de Panamá. A continuación el terrorismo cubano se extendió por Centro América. En 1961 Castro se declara públicamente comunista, el slogan de sus seguidores fue, “Si Fidel es comunista, yo soy comunista, ¿elecciones para qué?” La guerra fría ya se había tornado caliente en Hispanoamérica.

 Por si cabía alguna duda en 1962, Cuba acepta tropas soviéticas en su territorio y la instalación de bases de misiles nucleares que podrían bombardear inclusive a Argentina. El 12 de septiembre de ese año el gobierno de la URSS, previene a Estados Unidos, que un ataque o bloqueo contra barcos soviéticos llevando las cargas nucleares que se dirijan a la isla, provocaría la guerra atómica.

 La URRS apoyaba a Cuba 1,5 millones de dólares por día y además con sus fuerzas armadas, armas y entrenamiento. Esto equivalía económicamente, a la construcción de dos represas como la del Chocón por año.

 Posteriormente guerrillas castristas intentan desembarcar en Venezuela y Castro organiza con el nombre de FALN, (Frente Armado de Liberación Nacional), la guerra en dicho país. En Colombia también el Ejército combatía contra la guerrilla castro-soviética. En 1963, Guevara con el apoyo de Fidel Castro, organiza un grupo guerrillero, que operará en Orán (Salta), liderado por Jorge R. Masetti, quien junto a otro terrorista, Rodolfo Walsh habían fundado la agencia noticiosa Prensa Latina en la Habana.

 Ernesto Guevara definió la doctrina de esta guerra, en la Asamblea General de la ONU el 11 de diciembre de 1964: “Nosotros tenemos que decir aquí lo que es una verdad conocida, que la hemos expresado siempre ante el mundo: fusilamientos, sí, hemos fusilado, fusilamos y seguiremos fusilando mientras sea necesario. Nuestra lucha es una lucha a muerte”.

Se agrava el ataque contra Hispanoamérica

 En enero de 1966, comienza la Conferencia Tricontinental de la Habana, Concurrieron 513 delegados de 83 grupos provenientes de Asia, África y América Latina. En el órgano de la Tricontinental, “Revista Tricontinental” de 16-4-67, Guevara dijo: “El odio como factor de lucha; el odio intransigente al enemigo, que impulsa más allá de las limitaciones naturales del ser humano y lo convierte en una efectiva, violenta, selectiva y fría máquina de matar. Nuestros soldados tienen que ser así; un pueblo sin odio no puede triunfar sobre un enemigo brutal. Hay que llevar la guerra hasta donde el enemigo la lleve: a su casa, a sus lugares de diversión; hacerla total. Hay que impedirle tener un minuto de tranquilidad, un minuto de sosiego fuera de sus cuarteles, y aún dentro de los mismos: atacarlo donde quiera que se encuentre; hacerlo sentir una fiera acosada por cada lugar que transite”.

 La Revista Verde Olivo, La Habana, 8-10-68, publicó otras declaraciones de Guevara: “El camino pacífico está eliminado y la violencia es inevitable. Para lograr regímenes socialistas habrán de correr ríos de sangre y debe continuarse la ruta de la liberación aunque sea a costa de millones de víctimas atómicas”.

 En esta Conferencia Tricontinental, a propuesta del chileno Salvador Allende, impulso la idea soviética de convocar a una conferencia latinoamericana, que se llamaría OLAS (Organización Latinoamericana de Solidaridad). Dicho delegado chileno dijo en su mensaje: “Estamos con los combatientes de Guatemala, Colombia, Venezuela y Perú”. Dilma Rousseff era terrorista en Brasil y los Tupamaros asesinaban uruguayos. A todo este proyecto no lo podía financiar Cuba, solo la URSS tuvo el poder para ello, pero Fidel Castro entrenaba a los comandantes que vendrían a matar a nuestros países.

 Posteriormente, en 1967, se celebró la reunión de la OLAS, con 27 delegaciones, entre ellas, la argentina presidida por John William Cooke y la chilena por Salvador Allende, se aprobó una declaración que contenía estos párrafos: “El primer objetivo de la revolución popular en el continente es la toma del poder mediante la destrucción del aparato burocrático-militar del Estado y su reemplazo por el pueblo armado para cambiar el régimen social y económico existente […]. Dicho objetivo es sólo alcanzable a través de la lucha armada. Los hechos ocurridos demuestran que la guerra de guerrillas, como genuina expresión de la lucha armada popular, es el método más eficaz y la forma más adecuada para librar y desarrollar la guerra revolucionaria en la mayoría de nuestros países […].El proceso violento hacia el comunismo es inevitable y exige la existencia del mando unificado político y militar como garantía de su éxito”.

Atacan a Argentina, fue una GUERRA


 Para 1968, la guerrilla marxista se había extendido a casi toda Hispanoamérica.

 Fue entonces que la Guerra fría comenzó a tomar temperatura en Argentina. Ernesto Guevara desde el sur de Bolivia, proyectaba atacar al noreste. La misma contó con el apoyo de Fidel Castro, según lo expreso el dictador cubano públicamente.

 Sin embargo la guerra se tornó caliente en Argentina, desde el asesinato del General Aramburu, en 1970. Desde entonces fue creciendo la ofensiva marxista-leninista con ataques a cuarteles, y asesinatos de quienes no pensaban de la misma forma, como Oberdan Salustro, Presidente de la FIAT, Patrick Egan. Cónsul de Estados Unidos, o la señora de Cuco, una humilde vendedora de diarios. Entre los terroristas atacantes estaban las hijas de Estela de Carlotto y los hijos de Hebe Bonafini. Entre sus víctimas, niños, jóvenes, hijos, madres, padres y hermanos.

 Las organizaciones guerrilleras entrenadas en Cuba, mataron a más de 2.000 argentinos. Siguiendo la doctrina guerrillera de Guevara, expuestas más arriba, entre ellos a más de 29 chicos, cómo María Cristina Viola de 4 años, al bebe Kraiselburd de pocos meses, Guillermina Cabrera de 3 años, Juan Eduardo Barrios de 3 años. Asesinaron empresarios como Raúl Alberto Amelong, hirieron a su hija adolescente que lo acompañaba; a mujeres por ser esposas de militares como la señora de Sasiain, a sindicalistas como José Ignacio Rucci, secuestraron y torturaron a militares como el Coronel Larrabure y ametrallaron a soldados conscriptos de 18 años, como lo hicieron en el asalto al cuartel del 29 de Monte en Formosa, con la participación del ahora Diputado Kunkel. Estos chicos que cumplían el servicio militar obligatorio fueron acribillados, mientras dormían o estaban bañándose. Para los K, Alberto Fernández, Schiaretti, Lorenzetti, la Corte Suprema y muchos jueces, no fueron estos, crímenes de Lesa Humanidad, para muchos diputados y senadores, incursos en la violación del artículo 119 de la Constitución Nacional, tampoco.

 Recordemos esta doctrina que lego Guevara a los asaltantes del cuartel: “Hay que llevar la guerra hasta donde el enemigo la lleve: a su casa, a sus lugares de diversión; hacerla total. Hay que impedirle tener un minuto de tranquilidad, un minuto de sosiego fuera de sus cuarteles, y aún dentro de los mismos”.

 Las dos principales organizaciones guerrilleras, PRT-ERP y Montoneros, no hubieran podido por sí solas mantener una lucha tan intensa, no había recursos internos y nunca tuvieron el apoyo del pueblo. Tampoco Cuba hubiera podido atacar a todo el continente, sin la ayuda y el apoyo de la URRS. Una prueba más de esto, es que cuando en 1977, la Unión Soviética necesito cereales y alimentos, llego a un acuerdo con el Gobierno Militar Argentino y le quitó el apoyo a su propia guerrilla, pasando a ser el principal cliente de nuestro país. Entonces esta superpotencia, junto con Cuba, el bloque oriental y los No Alineados, defendieron al gobierno Argentino ante la Comisión de Derechos Humanos de la ONU.

 Los hechos relatados fueron el motivo de las Sanciones contra el gobierno totalitario y terrorista de Fidel Castro, la más larga y sangrienta de las dictaduras que tiene la historia hispanoamericana. El saldo fueron 200.000 muertos en Iberoamérica y África.

Nelson Castro debe informarse


 Por eso Nelson Castro debería informarse y ver de qué lado está la inmoralidad y sobre todo apercibirse que en Argentina hubo una guerra, que el país fue atacado y que este gobierno y la izquierda han creado una falsa imagen de represión, cuando en realidad se debió combatir, para que no instalaran un totalitarismo en nuestro país.

 Mientras tanto a Nelson no le llaman la atención los 1.800 prisioneros de este gobierno por haber cumplido con su deber de defender la Patria. Los trata de represores y ahora defiende a quienes nos atacaron. ¿Cómo puede estar tan engañado un hombre inteligente? Lo peor es que se ha creado una falsa cultura y han caído en ella la mayoría de los periodistas, intelectuales y políticos.

 Tengo fija la imagen de Fidel Castro saludando sentado al Papa para que este tenga que inclinarse ante él. Este tirano no está arrepentido de ninguno de sus crímenes y reprimió a las Damas de Blanco y disidentes que quisieron acercarse a su Santidad. También el tirano sigue manteniendo presos políticos y se siguen escapando cubanos de la isla, sumándose a los 2 millones de exilados de la tiranía.

 Aquí en Argentina, la ingratitud y la injusticia, produce el fenómeno que hay quienes tienen licencia para matar y otros que no tienen derechos humanos.

 Carlos E. Viana | Informador Público | Miércoles 23 de septiembre de 2015.
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