26.5.15

El Che, antítesis brutal de Alberdi

 El gran revolucionario tuvo una posibilidad de poner en práctica su visión económica -su idea de justicia social- como director del Banco Nacional de Cuba y del Departamento de Industria del Instituto Nacional de Reforma Agraria a fines de 1959, y desde principios de 1961, como ministro de Industria. El período en el que Guevara estuvo a cargo de casi toda la economía cubana fue testigo del colapso casi total de la producción azucarera, el fracaso de la industrialización y la introducción del racionamiento en el que había sido uno de los cuatro países latinoamericanos más exitosos en el terreno económico desde antes de la dictadura de Batista.
 Su período al frente del Banco Nacional, durante el que imprimió billetes firmados "Che", ha sido resumido así por su segundo, Ernesto Betancourt: "Encontré en el Che una ignorancia absoluta de los principios más elementales de la economía". La capacidad de percepción de Guevara con respecto a la economía mundial fue célebremente expresada en 1961, durante una conferencia hemisférica en Uruguay, donde predijo un crecimiento del 10% en Cuba "sin ningún temor", y para 1980, un ingreso per cápita mayor que el de "Estados Unidos hoy". De hecho, para 1997, el trigésimo aniversario de su muerte, los cubanos vivían con una dieta de dos kilos de arroz y medio kilo de porotos por mes, 120 gramos de carne dos veces al año, 120 gramos de pasta de soja por semana y cuatro huevos por mes.
 La reforma agraria les quitó la tierra a los ricos, pero se la dio a los burócratas, no a los campesinos. (El decreto fue redactado en la casa del Che.) En nombre de la diversificación, el área cultivada se redujo, y la mano de obra fue derivada a otras actividades. El resultado fue que entre 1961 y 1963, la cosecha se redujo a la mitad, apenas 3,8 millones de toneladas métricas. ¿Este sacrificio fue justificado por el progreso de la industrialización en Cuba? Desafortunadamente, Cuba no disponía de materias primas para la industria pesada y, como consecuencia de la redistribución revolucionaria, no tenía una moneda sólida para comprarlas? y tampoco tenía siquiera productos básicos.
 Para 1961, Guevara tenía que dar incómodas explicaciones a los funcionarios del gobierno: "Nuestros camaradas técnicos de las empresas han fabricado una pasta dentífrica, que es tan buena como la anterior, limpia lo mismo, aunque al cabo de un tiempo se convierte en piedra".
 Para 1963, se abandonaron todas las esperanzas de industrializar Cuba, y la revolución aceptó su rol de abastecedor colonial de azúcar del bloque soviético a cambio de petróleo para cubrir sus necesidades y revender a otros países. Durante las tres décadas siguientes, Cuba sobreviviría gracias a un subsidio soviético que oscilaba entre unos 65.000 y 100.000 millones de dólares.
 Tras haber fracasado como héroe de la justicia social, ¿Guevara se merece un lugar en los libros de historia como genio de la guerra de guerrillas? Su mayor logro militar en la lucha contra Batista -la captura de la ciudad de Santa Clara después de haber emboscado un tren cargado de refuerzos- ha sido seriamente cuestionado. Numerosos testimonios indican que el comandante del tren se rindió de antemano, tal vez después de aceptar un soborno.
Inmediatamente después del triunfo de la revolución, Guevara organizó ejércitos guerrilleros en Nicaragua, la República Dominicana, Panamá y Haití, todos los cuales fueron aplastados. En 1964, envió a la muerte al revolucionario argentino Jorge Ricardo Masetti, convenciéndolo de que debía lanzar un ataque contra su país natal desde Bolivia, justo en el momento en que se había restaurado en la Argentina la democracia representativa. 
 Particularmente desastrosa fue la expedición al Congo en 1965. Guevara apoyó a dos rebeldes -Pierre Mulele en el Oeste y Laurent Kabila en el Este- en su lucha contra el perverso gobierno congoleño, apoyado por Estados Unidos, así como por mercenarios sudafricanos y exiliados cubanos. Guevara pasó la mayor parte de 1965 ayudando a los rebeldes en el Este, antes de abandonar el país ignominiosamente. Luego, muy pronto, Mobutu llegó al poder e instaló una tiranía que duró décadas.

Desastre en Bolivia

 En Bolivia, el Che fue derrotado nuevamente, y por última vez. Interpretó erróneamente la situación local. La reforma agraria se había realizado años atrás, el gobierno había respetado a muchas de las instituciones de las comunidades campesinas, y el ejército, a pesar de su nacionalismo, mantenía proximidad con los Estados Unidos. "Las masas campesinas no nos ayudan nada", fue la melancólica conclusión que Guevara consignó en su diario de Bolivia. Peor aún, Mario Monje, el líder comunista local, que no tenía estómago para la guerra de guerrillas después de haber sido humillado en las elecciones, condujo a Guevara a un lugar vulnerable en el sudeste del país. Las circunstancias de la captura del Che en el barranco Yuro fueron, como casi toda la expedición a Bolivia, cosas de amateur.
Guevara era sin duda audaz y valeroso, y rápido para organizar la vida sobre una base militar en los territorios bajo su control, pero no era el general Giap. Su libro "Guerra de guerrillas" enseña que las fuerzas populares pueden derrotar a cualquier ejército, que no es necesario esperar las condiciones adecuadas porque un foco insurreccional (o un pequeño grupo de revolucionarios) pueden crear esas condiciones, y que la lucha debe desarrollarse primordialmente en zonas rurales. Sin embargo, el ejército de Batista no era un ejército, sino una corrupta banda de matones sin motivación y con poca organización, y los focos guerrilleros, con la excepción de Nicaragua, terminaron con los foquistas reducidos a cenizas.
 En las últimas décadas del siglo XIX, la Argentina tenía el segundo índice de crecimiento del mundo. En la década de 1890, el ingreso real de sus trabajadores era mayor que el de los trabajadores suizos, alemanes y franceses. En 1928, el país ocupaba el lugar número doce en el mundo por su PBI per cápita. Ese logro, que las generaciones siguientes arruinarían, se debía en gran medida a Juan Bautista Alberdi. Al igual que Guevara, a Alberdi le gustaba viajar: recorrió a pie las pampas y los desiertos del Norte a los 14 años, hasta llegar a Buenos Aires. Al igual que Guevara, Alberdi se opuso a un tirano, Juan Manuel de Rosas.
 Al igual que Guevara, Alberdi tuvo la oportunidad de ejercer influencia sobre un líder revolucionario en el poder, Justo José de Urquiza, que derrocó a Rosas en 1852. Y, al igual que Guevara, Alberdi representó al nuevo gobierno viajando por el mundo, y murió en el extranjero. Pero a diferencia del antiguo y nuevo mimado de la izquierda, Alberdi jamás mató una mosca. Su libro "Bases y puntos de partida para la organización de la República Argentina" fue el cimiento de la Constitución de 1853, que limitó el gobierno, abrió el comercio, estimuló la inmigración y garantizó el derecho de propiedad, inaugurando así un período de 70 años de asombrosa prosperidad. No se entrometió en los asuntos de otras naciones, oponiéndose a la guerra contra Paraguay. Su imagen no adorna el abdomen de Mike Tyson.
✒ Álvaro Vargas Llosa| La Nación | Jueves 4 de agosto de 2005.

21.5.15

Documental defiende el rol de los soldados en Manchalá



 La destrucción del monumento a Manchalá, en 2014, aún genera repercusiones: se estrenará el 28 de mayo un documental que defiende el rol de los soldados, a quienes el entonces concejal Ávila, autor del proyecto de remoción, había tildado de genocidas.


 El estreno nacional será en la Fundación Salta, a las 20. Y además de los veteranos que participaron del operativo, estará Juan Bautista Yofre como presentador del documental. La obra contó con el auspicio del Centro de estudio Salta conformado para reivindiar el rol de los soldados en Mancha por Mario Cabanillas, Mauricio Ortín, Alejandro Caro Figueroa, Rodolfo de Mayo y David de San Román. 

 El director del film, Sandro Rojas Filártiga, dialogó con LA GACETA sobre esta obra que generará gran polémica en la provincia. 


¿Cómo surgió la idea de hacer este documental?

- Esto surge cuando se demuele el monumento, hay un grupo de salteños que tuvo la inquietud de contar la historia, de contar en una película lo que sucedió en Manchalá. Y me convocaron a mí porque para esa fecha yo había presentado otra película, que se llama “Los valientes de Formosa” y que hablaba del ataque a infantería del monte 29 por parte de Montoneros. El año pasado, en febrero, fui a Salta, empecé a trabajar con la gente de esa provincia, con los soldados de Manchalá y ahora el 28 de mayo está el estreno nacional. Hicimos una presentación de extractos de la película en la feria del libro y la idea es contar la verdadera historia. 

-¿Qué fue lo que pasó, según los soldados?

- Lo que pasaron los muchachos de Manchalá fue una afrenta, los han ofendido: eran soldados conscriptos que defendían una institución democrática y una columna del ERP intentó pasar por ahí y entraron en combate. No lo digo yo, está documentado, esa columna del ERP se dirigía a otro lugar y el 29 de mayo tenían planeado secuestrar a un comandante y además fusilar a todos los oficiales y suboficiales. Esa es la historia y lo que me motiva: reivindicar a estos muchachos que sin pedir nada a cambio defendieron la bandera y honraron juramentos, algo que hoy no está tan de moda. 

Monumento: Este lugar fue demolido recientemente.
Foto: noanews.blogspot.com
- ¿Cómo está estructurada la película?

- Esta película se formó con un contexto sobre lo que pasaba en el país y en Tucumán en ese momento. Y luego voy a la previa sobre cómo llegaron los soldados de Salta a Tucumán. El documental es testimonial: hablan los soldados que participaron del combate y al final se menciona la destrucción del monumento y lo que eso genera. El ex concejal Martín Ávila en los considerandos de ese decreto tilda de genocidas a estos soldados y eso es lo que más les duele. Yo tuve la fortuna de conocer en persona a estos soldados y son todos trabajadores, fleteros, empleados, incluso hay desocupados, que los tilden de genocidas es lo que más les duele a ellos. No entienden, defendían lo que la presidenta Perón había penado.

-¿Qué repercusión tuvo o espera?

- Yo te hablo desde mi experiencia. Yo hice dos documentales sobre Malvinas y tuvieron repercusión nacional e internacional. Y después otro sobre un hecho similar en Formosa, que se conocía solamente en esa provincia, donde fusilaron a 13 soldados, y después la pidieron de otras provincias. Con esta espero que pase lo mismo: ya la tengo pedida de Córdoba, de Mendoza, de Santa Fe, recién estaba hablando con gente de Entre Ríos, del sur. Y estoy arreglando las proyecciones y charlas. 

- Está consciente de que este documental va a generar polémica en Salta… 

- Esta película no es contra nadie, es a favor de la verdad. Un hecho tan tangible como lo fue Manchalá no se puede ocultar demoliendo un monumento. Es un tema que genera críticas, hay gente que está de un lado y gente que está del otro. Lo que pasa es que una de las cosas que yo hablo es de la guerra que había en esa época. Muchos decías que no había una guerra, pero no es que yo lo diga… tomando los partes del ERP, por ejemplo, hablan de guerra todo el tiempo… era el Ejército Revolucionario del Pueblo… creo que es hora de sacarnos la careta, y lo que me dicen en privado, muchísima gente, pero no en público porque son políticamente correctos, mencionan lo que pasaban en esa época, los actos terroristas que hoy no tienen prensa cuando se cuenta la historia. 

✒ La Nación  | .
http://www.lagacetasalta.com.ar/nota/20752/espectaculos/documental-defiende-rol-soldados-manchala.html 

El secuestro de Born y el circuito del botín, convertidos en best seller


 Entrevista. María O'Donnell desmenuza una acción guerrillera emblemática de los años 70.

 En su libro "Born", la periodista reconstruye el rescate de 60 millones de dólares, en una trama de traiciones y corrupción.

 Hay una nueva voz que narra los años ‘70, la voz de un cautivo. El empresario Jorge Born, después de un silencio de 40 años, relató la experiencia de su secuestro de nueve meses, del suyo y el de su hermano Juan. Montoneros cobró 60 millones de dólares para dejarlos en libertad. Y ese dinero, que en los ‘70 se intentó preservar en Cuba y en las arcas del banquero David Graiver, para que lo “blanqueara” en el mercado internacional, terminó en una ruta infinita de traiciones y negociados, uniendo a Born y a Montoneros bajo el paraguas presidencial de Carlos Menem en 1989.

 En un resumen esquizofrénico pero didáctico de la historia: Montoneros secuestra a Born, y 15 años después utiliza una parte del botín para financiar la campaña de Menem, quien cede, en su gobierno, el manejo de la economía argentina al grupo Bunge y Born, apenas asume. Como parte de la trama: el indulto para la cúpula guerrillera y dictadores de la Junta Militar. Y como rol secundario, el aporte de Rodolfo Galimberti, participe del secuestro, que colabora con la justicia para que Jorge Born recupere parte del dinero del rescate y luego se asocia al empresario.

 Quien narra la historia es la periodista y licenciada en Ciencias Políticas (UBA) María O’Donnell, que reconstruyó con detalle y destreza el secuestro y la cacería posterior de los 60 millones de dólares que se pagaron por los hermanos Born. Born se convirtió en best seller. “La tirada inicial de 10 mil ejemplares se agotó en una semana. Enseguida imprimimos una de 7 y otra de 10 mil”, explica Florencia Ure, jefa de prensa de Random House.


 En diálogo con Clarín, antes de iniciar su programa en radio Continental, O’Donnell explica en qué contexto se produjo el secuestro, el 19 de septiembre de 1974. “Montoneros secuestra a los hermanos Born para financiar su pase a la clandestinidad. La operación ya estaba en marcha cuando Perón vivía. Construyen una “cárcel” con dos celdas. En ese momento. Bunge&Born era el mayor jugador industrial del país. Tenían textiles, químicas, exportaban cereales. Alguien ‘ suelta el dato’ para el secuestro. Born presume que es el propio (ministro de Economía) José Gelbard. Creo que (el ex jefe montonero, Roberto) Perdía estaría en condiciones de decirlo. Rodolfo Walsh participó en la inteligencia del operativo”, relata O’Donnell, que dedicó 3 años a investigar y escribir Born.Si en 1970 la conducción montonera realiza su operación políticomilitar con el secuestro y la muerte del General Aramburu, el “bautismo de fuego” con el que hace público el retorno de Perón del exilio, en 1974 decide poner fin de la política pública, iniciar el “combate” contra el gobierno de su viuda Isabel, y buscar “un golpe económico”, para sostener su poder interno en la organización guerrilla y con el que luego financiará su exilio.

 El blanco son los Born. La emboscada paraliza al país: Montoneros mata a un gerente y al chofer. Los hermanos Born son puestos en un “pozo” de 6 metros cuadrados, a oscuras. Sólo con una bombita de luz, que se encendía, y un balde con agua que usan para lavarse la cara y luego para sus necesidades. Los hermanos pasan meses sin saber que están secuestrados en el mismo lugar. “Montoneros le hizo un ‘juicio político’ a Born en la “cárcel” para revestirlo de cierta épica, pero sobre todo para meterle presión al Grupo con la amenaza de “la sentencia” podría terminar como la de Aramburu. Pero sólo estaban buscando la plata”, dice O’Donnell.

 Después de varios meses de silencio, sin contacto entre las partes, es el propio Jorge Born quien inicia la negociación desde la “cárcel”, con una carta al padre. “Born quería sobrevivir. Pero tenía una imagen idolatrada del padre; y que alguien le torciera el brazo, como sucedió, todavía le pesa. Siente culpa de que su padre haya pagado 60 millones de dólares para liberar a sus hijos”, agrega la autora.

 El día de su liberación, cuando Firmenich le dio una muda de ropa nueva a Born, el empresario le pide el Rolex que le habían quitado en el acto de secuestro. Firmenich no lo tenía. Born los trató de “ladrones comunes”. Un montonero se lo había quedado como “trofeo de guerra”. Hasta que fue secuestrado por la Marina. El Rolex de Born pasaría a engrosar el botín de la ESMA.

 El 20 de junio de 1975, en una reunión con corresponsales extranjeros en una casa de Acassuso, que pertenecía a un agente de la SIDE –una “perra casualidad”, explicaría Perdía a O’Donnell–, Firmenich liberó a Born. Uno tenía 26. El otro 41. Ambos habían egresado del Colegio Nacional de Buenos Aires. Por ese acto, diez años después, el jefe guerrillero, sería condenado a prisión perpetua. A partir de entonces “Born”, el libro, sigue el dinero. Y en su recorrido va adelantando una historia de traiciones, de avidez, de la dictadura, de Montoneros, de Menem, de funcionarios judiciales. Pocos años después, el peronismo los uniría a todos: a Born y a Montoneros. Menem indultaría a la cúpula guerrillera y a los jefes militares. Galimberti, en tanto, con su presentación a la justicia, se empeñaría en que la familia Graiver le devolviera parte del botín a Born, en un acuerdo privado. “Un día apareció con una bolsa y me trajo 6 ó 7 millones de dólares”, cuenta Born en “Born”, el best seller del momento.
 
✒ Marcelo Larraquy | Clarín  | .
http://www.clarin.com/cultura/Born-Montoneros-Maria_O-Donnell_0_1361264204.html#

19.5.15

El Che, un megalómano con ansias de poder

 
Obsesionado por los controles, tuvo un rol clave para transformar a Cuba en un bastión del totalitarismo
 
 El deseo de poder del Che tenía otras maneras de expresarse aparte del asesinato. La contradicción existente entre su pasión por viajar -una manera de protestar contra las restricciones oprimentes del Estado- y su impulso por convertirse él mismo en un Estado opresor resulta patética.
 
 Cuando escribió sobre Pedro de Valdivia, conquistador de Chile, Guevara reflexionaba: "El pertenecía a esa clase singular de hombres que la especie produce rara vez, en quienes el ansia de poder ilimitado es tan extremo que para conseguirlo cualquier sufrimiento parece natural". Podría haberse descripto a sí mismo con esos términos.
 
 En su vida adulta, su megalomanía se manifestó a través del impulso predatorio de apoderarse de la vida y la propiedad de otros, aboliendo así su libre albedrío. En 1958, después de tomar la ciudad de Sancti Spiritus, Guevara intentó, sin éxito, imponer una suerte de sharia, regulando así las relaciones entre hombres y mujeres, el consumo de alcohol y las apuestas informales, un puritanismo que no caracterizaba exactamente a su propio estilo de vida.
 
 También ordenó a sus hombres que robaran bancos, decisión que justificó en una carta dirigida a Enrique Oltuski, uno de sus subordinados, en noviembre de ese año: "Las masas oprimidas aceptan robar los bancos porque no tienen ni una moneda". Esta idea de revolución como una licencia para redistribuir la propiedad tal como a él le parecería adecuado llevó al marxista puritano a apoderarse de la mansión de un emigrante después del triunfo de la revolución.
 
 El impulso de despojar a otros de sus propiedades y a reclamar la propiedad del territorio ajeno fue un elemento central en la cruda política de poder de Guevara. En sus memorias, el líder egipcio Gamal Abdel Nasser registra que Guevara le preguntó cuántas personas habían abandonado su país a causa de las reformas. Cuando Nasser le respondió que no se había ido nadie, el Che replicó, furioso, que la manera de medir la profundidad de un cambio es por medio del número de personas "que sienten que no hay lugar para ellos en la nueva sociedad". Este instinto predatorio alcanzó su punto más alto en 1965, cuando empezó a hablar, como si fuera Dios, del "Hombre Nuevo" que él y su revolución crearían.
La obsesión del Che por el control colectivista lo llevaría a colaborar en la formación del aparato de seguridad que se puso en marcha para sojuzgar a seis millones y medio de cubanos. A principios de 1959, se llevó a cabo una serie de reuniones secretas en Tarará, cerca de La Habana, en la mansión a la que el Che se había retirado temporalmente para recuperarse de una enfermedad. Allí fue donde los dirigentes máximos, incluyendo a Castro, diseñaron el Estado policial cubano.
 
 Ramiro Valdés, subordinado del Che durante la guerra de guerrilla, fue puesto a cargo del G-2, un cuerpo organizado según el modelo de la Cheka. Angel Ciutah, un veterano de la Guerra Civil española enviado a los soviets que había estado muy próximo a Ramón Mercader, el asesino de Trotsky, y que más tarde cultivó la amistad del Che, desempeñó un papel clave en la organización del sistema, junto con Luis Alberto Lavandeira, quien había desempeñado el cargo de supervisor en La Cabaña. El propio Guevara se hizo cargo del G-6, el cuerpo encargado de adoctrinar ideológicamente a las fuerzas armadas.

La oportunidad perfecta

 La invasión de Bahía Cochinos, respaldada por Estados Unidos en abril de 1961, se convirtió en la ocasión perfecta para consolidar el nuevo Estado policial, con el arresto de decenas de miles de cubanos y una nueva serie de ejecuciones. Tal como Guevara le dijo al embajador soviético Sergei Kudrivtsev, los contrarrevolucionarios jamás volverían "a alzar la cabeza". "Contrarrevolucionario" es el término que se aplicaba a cualquiera que se apartara del dogma. El sinónimo comunista de "hereje".
 
 Los campos de concentración eran una de las formas que el poder dogmático empleaba para eliminar el disenso. La historia atribuye al general español Valeriano Weyler, capitán general de Cuba a fines del siglo XIX, haber empleado por primera vez el término "concentración" para describir la política de cercar las masas de potenciales opositores con alambres de púas y empalizadas. Qué adecuado resulta que los revolucionarios cubanos retomaran esa tradición autóctona más de medio siglo más tarde.
 
 Al principio, la revolución movilizó voluntarios para construir escuelas y trabajar en puertos, plantaciones y fábricas; exquisitas oportunidades para fotos del Che estibador, el Che recolector de caña, el Che obrero textil. Pero no transcurrió mucho tiempo para que el trabajo voluntario se hiciera un poco menos voluntario: el primer campo de trabajos forzosos, Guanahacabibes, se estableció en el oeste de Cuba a fines de 1960. Así es como el Che explicó la función que cumplía este método de reclusión: "A Guanahacabibes se manda a la gente que no debe ir a la cárcel, la gente que ha cometido faltas a la moral revolucionaria de mayor o menor grado... Es trabajo duro, no trabajo bestial".
 
 Este campo fue el precursor del posterior confinamiento sistemático, que empezó en 1965 en la provincia de Camagüey, de disidentes, homosexuales, católicos, testigos de Jehová, sacerdotes afro-cubanos y otra escoria semejante, bajo el estandarte de las Unidades Militares de Ayuda a la Producción. Apiñados en ómnibus y camiones, los "ineptos" eran transportados a punta de pistola a los campos de concentración organizados según el modelo de Guanahacabibes. Algunos nunca regresarían, otros serían violados, golpeados o mutilados; y casi todos quedarían traumatizados de por vida, tal como lo reveló al mundo un par de décadas atrás el desgarrador documental de Néstor Almendros, Improper Conduct.
 
 Así, la revista Time tal vez no dio del todo en el blanco en agosto de 1960, al describir la división del trabajo de la revolución en una nota de tapa que asignaba al Che Guevara la función de "cerebro" y a Fidel Castro el "corazón" y a Raúl Castro el "puño". Pero esa interpretación reflejaba el rol crucial desempeñado por Guevara en la transformación de Cuba en un bastión del totalitarismo.
 
 El Che era un candidato improbable a la pureza ideológica, dado su espíritu bohemio, pero durante los años de entrenamiento en México y el siguiente período de lucha armada en Cuba emergió como el ideólogo comunista infatuado con la Unión Soviética, para gran incomodidad de Castro y de otros que eran esencialmente oportunistas dispuestos a usar los medios que fueran necesarios para llegar al poder. Cuando los revolucionarios en ciernes fueron arrestados en México en 1956, Guevara fue el único que admitió que era comunista y que estaba estudiando ruso. Durante la lucha armada en Cuba, forjó una fuerte alianza con el Partido Socialista Popular (el partido comunista de la isla) y con Carlos Rafael Rodríguez, un elemento clave de la conversión al comunismo del régimen de Castro. Esta tendencia al fanatismo convirtió al Che en un eje vital de la "sovietización" de esa revolución que tantas veces se había jactado de su carácter independiente.

Al borde de la guerra

 Muy pronto después de que los barbudos llegaron al poder, Guevara tomó parte de las negociaciones con Anastas Mikoyan, el viceprimer ministro soviético que visitó Cuba. Se le confió la misión de promover las negociaciones cubano-soviéticas durante una visita a Moscú a fines de 1960. Su segundo viaje a Rusia, en agosto de 1962, fue aún más significativo, porque selló el pacto que convertiría a Cuba en una cabeza de playa nuclear soviética. Se reunió con Khrushchev en Yalta para ultimar detalles de una operación que ya se había iniciado y que involucraba la instalación de cuarenta y dos misiles soviéticos, la mitad de los cuales estaban equipados con cabezas nucleares, así como lanzamisiles y 42 mil soldados. Tras presionar a sus aliados soviéticos con el riesgo de que los Estados Unidos se enteraran de lo que estaba ocurriendo, Guevara consiguió que le garantizaran la intervención de la marina soviética? En otras palabras, que Moscú estaba dispuesto a ir a la guerra.
 
 Según la biografía de Guevara escrita por Philippe Gavi, el revolucionario había alardeado de que "por defender sus principios, este país está dispuesto a arriesgarlo todo en una guerra atómica inimaginablemente destructiva".
 
 Inmediatamente después de que terminó la crisis misilística cubana -cuando Khrushchev renegó de la promesa hecha en Yalta y negoció un acuerdo con Estados Unidos a espaldas de Castro, que incluía el retiro de los misiles estadounidenses de Turquía-, Guevara le dijo a un diario comunista británico: "Si los misiles hubieran permanecido en Cuba, los hubiéramos usado, dirigiéndolos hacia el corazón mismo de los Estados Unidos, incluyendo Nueva York, para defendernos de la agresión". Y un par de años más tarde, en las Naciones Unidas, fue fiel a sus principios: "Como marxistas, hemos mantenido que la coexistencia pacífica entre naciones no incluye la coexistencia entre explotadores y explotados".
 
 Guevara se distanció de la Unión Soviética en los últimos años de su vida. Lo hizo por razones erróneas, acusando a Moscú de ser demasiado blanda ideológica y diplomáticamente, por hacer demasiadas concesiones. En octubre de 1964, un memorando escrito por Oleg Daroussenkov, un funcionario soviético cercano al Che, cita estas palabras de Guevara: "Pedimos armas a los checos; nos rechazaron. Después se las pedimos a los chinos; dijeron que sí pocos días después, y ni siquiera nos cobraron, diciendo que no se le venden armas a un amigo". En realidad, Guevara estaba resentido por el hecho de que Moscú les pedía a los otros miembros del bloque comunista, incluyendo Cuba, algo a cambio de la colosal ayuda y el respaldo político que les prestaba.
 
 Su ataque final contra Moscú se produjo en Argel, en febrero de 1965, en una conferencia internacional, donde acusó a los soviéticos de haber adoptado la "ley del valor", es decir, el capitalismo. Su ruptura con los soviéticos, en suma, no fue un grito de libertad. Fue un aullido al estilo de Enver Hoxha exigiendo la subordinación total de la realidad a una ciega ortodoxia ideológica.
 
✒ Álvaro Vargas Llosa | La Nación  | .
http://www.lanacion.com.ar/726813-el-che-un-megalomano-con-ansias-de-poder

12.5.15

“El objetivo de la masonería es la descristianización”

El Dr. Edgardo Moreno, integrante del Centro Nacionalista Santiagueño, participó del programa Actualidad Política para hacer referencia a la masonería.
Explicó que “la masonería es una organización misteriosa, de gente con fines, objetivos y reglas secretos, que sólo lo conocen quienes se inician en ella”.


 “Esto del secretismo y el misterio les permite generar cierta curiosidad en la gente, que los lleva a indagar de qué se trata y muchas veces no sólo se quedan con el hecho de saber de qué se trata, sino que ingresan en estas logias o sociedades secretas”, manifestó.

 Asimismo, comentó que los objetivos de la masonería “si bien no son confesos, uno los va dilucidando y conociendo por su obrar. Es decir el obrar sigue al ser, uno conforme a lo que es actúa, entonces si conocemos cómo actúan podemos saber lo que son”. Acotó que “el accionar de la masonería claramente revela una vocación de poder para realizar algún fin. Por lo que vemos que la masonería busca adquirir poder para edificar un mundo conforme a los principios e ideales propios de estas sociedades secretas, que son en realidad los ideales del liberalismo y el racionalismo”.

 Moreno aseveró que "los masones pretenden conformar una sociedad sobre la base del culto a la libertad y la exaltación de la razón”.
 Además, indicó que en Santiago existen masones y que “de un tiempo a esta parte han proliferado estas logias en todo el país”.

 En cuanto a los masones famosos de nuestro país citó que “a veces no es fácil establecer con precisión y certeza quiénes han sido masones o no. Hay personalidades sobre las cuales se discute su condición de masón o no, pero hay otras sobre las cuales no cabe ninguna duda, ya sea porque los mismos masones lo han declarado o porque su conducta pública ha ido en el sentido de alcanzar los fines de la masonería”.

 Agregó que “después de la batalla de Caseros, durante el proceso de organización nacional, la mayoría de los presidentes de la República Argentina fueron masones, como por ejemplo Urquiza, Mitre, Sarmiento y Avellaneda. El caso de Roca se discute, pero sí está claro que tuvo ministros que fueron masones como Wilde, quien sancionó la Ley de Educación 1420, que es de contenido masónico”.

 Sobre si cualquiera puede ser masón, indicó que “en principio los de la masonería dicen que sí, pero en la realidad las cosas no son así. Un obrero difícilmente sea masón porque buscan reclutar a gente que tengan algún poder o prestigio social o que esté en lugares claves en la sociedad”.

 “Los masones son los que reclutan a los miembros de sus logias. No quita que en algunas ocasiones, aquel que esté interesado en ingresar pueda dirigirse a las autoridades de estas sociedades y pedirle su ingreso. Para lo cual previamente se les hace un seguimiento e informe socioambiental, a través de algunos de sus miembros para chequear si la persona es apta para ingresar”, apuntó.

 El profesional comentó que a nivel mundial, “los Estados Unidos es una república de masones, la fundaron los masones, manejaron todo el proceso de independencia y prácticamente todos fueron masones”.


✒ Edgardo Moreno | Nuevo Diario  | .

La masonería “Se contradice con Iglesia y siempre estuvo condenada por ella”

El Dr. Moreno manifestó que “desde siempre la masonería estuvo condenada por la Iglesia. En el pasado, las condenas eran bien taxativas, explícitas y contundentes, se fulminaba con la excomunión a todo aquel católico que ingresaba a la masonería. A partir de 1983, el nuevo Código de Derecho Canónico atemperó el lenguaje para referirse a los masones y a las penas”.
 Aunque aclaró que “no obstante esto, las penas siguen vigentes, al igual que la prohibición de los católicos de ingresar a la masonería”.

 Argumentó que “es mentira lo que dicen los masones, de que para pertenecer no hay distinción de credo ni religión. Esto es una falsedad absoluta a sabiendas, porque saben que la Iglesia mantiene la prohibición a los católicos para ingresar a la masonería”.

 Explicó que “los fines de la masonería están en contradicción con los de la Iglesia, porque la Iglesia tiene como objeto evangelizar al mundo y la masonería tiene por objeto descristianizar al mundo. Por eso, desde el inicio, la masonería trató de separar el Estado de la Iglesia, de instituir leyes de enseñanza laica, el divorcio, en definitiva descristianizar las sociedades”.

 El Dr. Moreno manifestó que “en el pasado, los masones se escondían, pero hoy en día han logrado tal poder y conformado la sociedad de tal modo que ser masón es una cuestión pintoresca o excéntrica o bien hasta tener un toque de distinción”.

 Remarcó que “la masonería se presenta como una sociedad de beneficencia, que promueve la difusión del conocimiento, de la educación, de la salvaguarda de libertades individuales y en definitiva van en contra, no sólo del catolicismo sino de todas las religiones porque para ellos las religiones son supersticiones”.

✒ Edgardo Moreno | Nuevo Diario  | .

Ética y moral de la libertad de armas

 
La naturaleza de las armas

  En el curso de mis reflexiones sobre el valor de la libertad y las razones para defenderla he logrado deshacerme de alguna de mis incoherencias, en las que veía conflictos entre este ideal y otros que son también importantes para mí. Sí, la libertad es siempre deseable, pero ¿hasta el punto de dejar que dañe al medio ambiente? ¿Hasta el punto de no perseguir el tráfico de drogas, con las muertes que produce? He de decir en mi descargo que nunca permití que mi amor a la libertad quedara traicionado por otro tipo de consideraciones. Además me desembaracé de estas y otras alucinaciones con acopio de honradez intelectual y algunas buenas lecturas. Sólo un asunto me ha hecho vacilar en la defensa de la libertad individual, y es el que se refiere al derecho de poseer y portar armas. Y el argumento que me llevó a ello ha sido principalmente de carácter ético.

  Lo primero que debemos hacer notar es cuál es la naturaleza del arma, que es doble. Desde luego es ofensiva, ya que ese es el propósito inmediato para el que son creadas. Su propio diseño les hace medios adecuados para hacer daño a un tercero, de las formas más diversas y en distintos alcances, según el arma de que se trate. Pero una de las características de los individuos es que son capaces de descubrir nuevos usos en los medios con los que cuenta, y muy pronto se descubrió que su propio carácter ofensivo le confiere otro defensivo, del que es inseparable. La simple amenaza del uso de un arma, o el hecho de dar a conocer que se posee, son medios perfectamente adecuados para defenderse, ya que los posibles invasores se dan cuenta del peligro en el que pueden incurrir si, finalmente, dan el paso de realizar una acción violenta contra quien está armado. Por tanto, las armas tienen un doble carácter, uno ofensivo y el otro defensivo.

  A ello hay que añadir que lo importante no son los medios, sino el uso que se haga de ellos (
1). La posesión de un arma no predispone a un uso ofensivo de la misma. Además, su uso defensivo no necesita ser llevado hasta sus últimas consecuencias. Un estudio afirma que en los Estados Unidos se hacen cerca de tres millones de usos defensivos de las armas de fuego sin necesidad de realizar un solo disparo. La otra cara de este razonamiento es la comprobación de que hay medios que no están especialmente destinados a un uso armamentístico o dañino y, sin embargo, se le confiere este fin. El gas no es esencialmente malo, pero su uso resultó letal en manos del gobierno nacional socialista en Alemania. En España, las muertes de mujeres a manos de sus esposos o compañeros se realizan con todo tipo de utensilios que podemos encontrar en cualquier hogar.

  Por otro lado hay una distinción entre dos tipos de armas que, como ha destacado correctamente Murray Rothbard, tiene importantes consecuencias éticas, y es la que hace referencia entre aquellas que pueden discriminar el objeto de su acción y las que no. Entre las armas de destrucción discriminada y las de destrucción masiva. Mientras que las primeras pueden ser dirigidas sólo hacia quienes han invadido nuestros derechos o amenazan con hacerlo, las segundas no pueden limitarse a ese objetivo, por lo que también acabarían con la vida de numerosas víctimas inocentes que no han iniciado ninguna acción ofensiva contra quien las usa, sin que lo pueda evitar. Por tanto su uso será siempre injusto, independientemente de la voluntad de quien lo ejerza. Las armas de uso discriminado son las propias de los individuos y las de destrucción masiva, de los estados
(2).


Razones éticas en favor de la libertad de armas

  Hechas estas primeras consideraciones se puede iniciar la defensa de carácter ético de la libertad de armas, que se sustenta, por paradójico que parezca en un principio, sobre la base del derecho a la vida. Este derecho no puede ser enteramente abstracto, sostenido sobre sí mismo, ya que el mismo mantenimiento de la vida depende de las acciones que tomemos para preservarla. A diferencia de las plantas y animales, las personas tienen la capacidad de utilizar la razón y seguir un curso de acción u otro, del que dependerán tanto las posibilidades de mantener su vida como la calidad de la misma. El carácter no automático de la lucha por la vida implica que el derecho a la misma no es distinto del de tomar las medidas que el individuo considere necesarias para mantenerla y mejorarla. Si se le limitan las posibilidades de acción, si se le prohíbe luchar para mantenerse, el derecho a la vida se vacía de contenido; se le niega, al final, el mismo derecho a vivir, que es el de procurarse los medios para mantenerla.

  El hombre se enfrenta a peligros constantes, unos provenientes de la naturaleza, otros de la vida en sociedad. Por ello, una de las tareas más esenciales de la actividad humana es la protección contra esos peligros, o esas amenazas. Dentro del ámbito de la sociedad, es un hecho que se cometen crímenes contra las personas y sus derechos. Puesto que el derecho a la vida y a lo que ha obtenido con su actividad es entera y exclusivamente suyo, el derecho a defenderlas también. Puede ejercerlo él directamente, como titular del derecho a su propia defensa, o puede, por otro lado, contratar un servicio de protección de un tercero. Pero el de la defensa, como el resto de los derechos esenciales de la persona, es privativo e inalienable.

  El siguiente paso es el que va del derecho a la defensa al de la propiedad y uso de las armas, sobre el principio de que el ejercicio de los derechos comprende el uso de los medios que el actor considere más adecuados al mismo. En el caso de la defensa, las armas de uso discriminatorio se ajustan idealmente a ese propósito. Las armas son el mejor y, en ocasiones, el único medio adecuado para la defensa frente a una acción violenta. Del mismo modo que la negación del derecho a seguir los pasos que aseguran la propia vida vacía de contenido y anula el derecho a la misma, la negación de acudir a los medios adecuados para defenderse supone la negación del derecho de autodefensa. En definitiva, la prohibición del derecho a portar y usar armas supone una negación sustancial del derecho a la vida.

  El derecho a las armas no tiene como tal ningún objetivo, ya que se sustenta por sí mismo. Pero apunta a la desaparición de los criminales, de los que viven de violar los derechos individuales, de los cuales el de portar armas sirve como defensa. Pues si la ley prohíbe la posesión de armas, sólo quienes no la respetan dispondrán de ellas. Los datos recogidos en varios países, especialmente en los Estados Unidos, muestran que cuanto mayor es la libertad de armas menor es el índice de delincuencia (
3).

  Por otro lado, la libertad de armas tiene un alcance mayor que el de la lucha contra el crimen y que deriva del hecho de suponer un medio eficaz contra la tiranía. Esta idea ha sido expuesta por los pensadores más diversos. Muchos autores se han percatado de que una república no podría durar sin una ciudadanía armada. Podemos citar a Aristóteles (
4), Cicerón, Maquiavelo, el Padre Mariana, Montesquieu, Beccaría, John Locke, Sydney… Miremos como ejemplo a lo que pensaban los Padres Fundadores de Estados Unidos, los que crearon la Constitución que ha sido, seguramente, la mayor fuente de libertad de la historia. Patrick Henry afirmó: "guárdese con celosa atención la libertad pública. Sospéchese de quien se acerque a esta joya. Desafortunadamente, nada podrá preservarla sino la fuerza más descarada. Si abandonas esa fuerza, estás arruinado… El verdadero objetivo es que todo hombre esté armado… Que cualquiera que sea capaz, posea un arma". El modelo de Thomas Jefferson para la Constitución de Virginia (que en su versión definitiva recoge la primera y mejor Declaración de los Derechos del Hombre) rezaba: "A ningún hombre se le privará del uso de las armas en su territorio o en su hogar". John Adams habló a favor de las "armas en manos de los ciudadanos, para que sean utilizadas a la discreción… en la autodefensa privada". La libertad de armas es sostén de otras libertades. De ahí la lucha contra su uso.

  Los liberticidas también se han dado cuenta de la relación entre la libertad de armas y el resto de libertades. Un conspicuo defensor del control de armas, Adolf Hitler, afirmó prudentemente que "El error más tonto que podríamos cometer sería permitir a las razas sometidas la posesión de armas. La historia demuestra que todos los conquistadores que han permitido a las razas sometidas la tenencia de armas estaban preparando su caída al hacerlo. De hecho, iría tan lejos como para afirmar que proveer de armas a los perdedores es condición sine qua non para el derrocamiento de toda soberanía". Esta afirmación demuestra, además, que el propio Hitler había reflexionado sobre un asunto que le concernía directamente y llegó a una conclusión razonable y premonitoria de nuevas situaciones análogas (
5). Otro gran líder del socialismo del siglo XX, éste del bando comunista, Joseph Stalin, dijo que "Si la oposición se desarma, bien está. Si se opone a ello, la desarmaremos nosotros mismos". Heinrich Himler apuntó que "Los alemanes que deseen utilizar armas deberían afiliarse a las SS o a las SA. Los ciudadanos ordinarios no necesitan las armas, ya que la posesión de armas no resulta de utilidad al Estado".

  Hagamos un breve repaso a la historia del siglo XX para darnos cuenta de la relación entre tiranía y control de armas. En 1866 y 1911 se reformó el artículo 166 del código penal en Turquía para acabar con la libertad de armas, y este último cambio facilitó al estado acabar con entre un millón y un millón y medio de armenios entre 1915 y 1917. La tiranía comunista en Rusia acabó formalmente con la libertad de armas en el artículo 182 del código penal en 1929. De hecho habían violado ésta junto con otras libertades desde 1917, abriendo paso a un genocidio de 20 millones de vidas. El doce de abril de 1928 se aprobó en Alemania la Ley de Armas y Municiones, reforzada en un sentido mucho más progresista, diríamos hoy, el 18 de marzo de 1938 (
6), como parte de la aplicación del programa socialista de Hitler. Su régimen acabó con la vida de 7 millones de personas, si nos limitamos a las muertes debidas a la pura represión.

  Con el régimen de Hitler no desapareció la ideología contraria a la libertad de armas, ya que el nacional socialismo no es la única ideología liberticida. La llegada al poder del partido comunista chino le permitió hacer uso de la reforma del código penal de 1935 que acababa con la libertad de armas, acabando con la vida de 65 millones de personas. La prohibición del uso de las armas se reforzó en China a partir de 1966. El Decreto 36 de 25 de noviembre de 1871 restringió el uso privado de las armas en Guatemala, que quedó prohibido desde 1964. Cuatro años antes se había iniciado una auténtica persecución contra los indios mayas que cesó en 1981, con el resultado de la pérdida de 100.000 vidas. En 1955 se decretó la Ordenanza de las Armas en Uganda, que se reforzó en 1970, a las puertas del inicio de una masacre dirigida contra los católicos que se inició el año siguiente, logrando extinguir a 300.000 de ellos. Los artículos 322 a 328 del código penal de Camboya, reformados en 1956, permitieron al régimen de los Jemeres rojos acabar con dos millones de personas sospechosas de haber recibido alguna educación, un cuarto de la población total del país, en el curso de cuatro años, de 1975 a 1979.

  Ni en los Estados Unidos ni en Suiza son imaginables estas atrocidades, y sus sistemas democráticos están fuertemente asentados, no ya por la acendrada creencia democrática de esos pueblos, sino porque los ciudadanos cuentan con los medios para defenderse si se produjera un ataque a la democracia y sus libertades (
7).

  La capacidad de defensa de una comunidad armada frente a otra agresora puede ser más poderosa de lo que podamos pensar en principio. Merece la pena recordar el caso del barrio judío en Varsovia, especialmente en palabras de Theodore Haas, superviviente del campo de concentración de Dachau: "Para mí no hay duda de que se podría haber salvado a millones de vidas si a la gente no se le hubiera lavado el cerebro sobre el control de armas, y hubiera estado bien armada. Quienes odian las armas siempre quieren olvidar la sublevación del gueto de Varsovia, un ejemplo perfecto de cómo un grupo medio hambriento de judíos tomaron 10 armas y echaron a los nazis". La misma persona reflexiona diciendo "Antes de que Adolf Hitler llegara al poder había un mercado negro de armas, pero el pueblo alemán estaba tan acostumbrado a cumplir la ley que nunca consideraron la compra de armas sin registrar. Los alemanes creían sinceramente que sólo los gamberros poseían armas. ¡Qué tontos fuimos! Sólo me aterroriza ver cómo el Gobierno, los medios de comunicación y varios grupos políticos en Estados Unidos están luchando por la misma idea".


Razones morales en favor de la libertad de armas

  Aunque el argumento definitivo en defensa de la libertad de poseer y utilizar armas es el ético, hay motivos morales que refuerzan esta defensa que no deben dejarse de lado. La libertad es favorable a las virtudes morales, ya que su ejercicio está inextricablemente unido a la responsabilidad individual. Ambos valores fomentan la dignidad del individuo y la igualdad entre todos ellos en el juicio moral de su comportamiento, una idea típicamente occidental. También se fomenta el apoyo a los débiles y la solidaridad personal. Un fenómeno conocido de antiguo dentro del estudio de la libertad de armas es el denominado "buen samaritano"; y consiste en que las comunidades con libertad de armas son más proclives al socorro del vecino, en situaciones de apuro. Un reciente libro recoge que "Un estudio de los ciudadanos que han salvado a víctimas de crímenes o han arrestado a criminales violentos ha hallado que esos "buenos samaritanos" eran dos veces y media más probable que fueran armados a que no lo fueran" (
8).

  El caso de la libertad de armas no es distinto. Se sabe, por ejemplo que las comunidades sin restricciones en el uso de la libertad de armas son más proclives a la solidaridad en la defensa de los vecinos y al apoyo de quienes son más débiles. Valga como ejemplo lo que ocurría en dos de las ciudades del oeste americano (Aurora y Bodie) más conocidas en el siglo XIX por la violencia y el crimen, pese a que los niveles de estos males nos parecerían, con los cánones actuales, sorprendentemente ridículos. En estas ciudades, las mujeres podían pasear por delante del salón, o por las más oscuras calles, con total libertad, seguras no ya de que no serían violadas o agredidas, sino de que ni el más zafio de los rufianes les dirigiría una mala palabra, ya que sabía a lo que habría de enfrentarse. No hacía falta que ninguna de ellas se tomara la molestia de defenderse (
9).
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  Otra de las consideraciones morales que cabe formular en favor de la libertad de armas es la de la igualdad. En Estados Unidos, una de las libertades negadas por los blancos racistas a los negros es la de tenencia de armas, no fueran a defenderse de los ataques de los más radicales. Las leyes les han negado el derecho a defenderse hasta que la 14ª Enmienda garantizó a todos los ciudadanos, incluidos los esclavos libertos, a todos los derechos constitucionales. Entre estos está el que asegura la Segunda Enmienda, el de tener y portar armas. La ideología de supremacía de la raza blanca logró entonces nuevos éxitos y se impusieron gracias a la presión de estos grupos las primeras legislaciones de control de armas. El deseo de controlar la población negra es el principal motivo de esta legislación restrictiva. El Ku Klux Klan se encargaba de hacerla efectiva, haciendo batidas por las casas de los negros, a los que desarmaba para así dejarlos indefensos.

  Es también el caso de las mujeres. Un slogan de un grupo feminista reza así: "El hombre y la mujer fueron creados iguales y Smith & Wesson se ha asegurado de que permanezcan así". Smith & Wesson hace referencia a una marca de armas de fuego. Otra frase famosa es la de "Dios creó a hombres y mujeres y el Coronel Colt los hizo iguales". Como prueba de que estos lemas no están lejos de la realidad, se puede ofrecer el caso que se produjo cuando un pavoroso aumento de las violaciones en Orlando, Florida, llevó en 1966 al Ayuntamiento a lanzar una campaña de enseñanza a las mujeres a utilizar las armas de fuego, que alcanzó a 2.500 personas. El número de violaciones decreció en un 88% al año siguiente (la única ciudad de los Estados Unidos en que decreció este tipo de delito) y los robos a las personas un 25%. No se produjo ni un solo disparo. Cinco años después de la implantación del plan, el número de violaciones era un 13% menor que antes del plan, mientras que en las zonas metropolitanas de ciudades cercanas había crecido en un 306%.

  En definitiva, las armas son un método eficaz, inmediato y barato para la defensa personal, que es más necesario para las minorías más indefensas, las que cuentan con menos medios y a las que llega con menos efectividad la protección de la policía.

  No se agotan aquí las razones que se deben esgrimir en favor de la libertad del uso de las armas, ya que desde un punto de vista estadístico está demostrado que las armas salvan vidas y son el medio más eficaz contra los crímenes. Pero esa es materia de otro artículo.
 
(1) Séneca recordó que "la espada nunca mató a nadie. Es un instrumento en las manos del asesino".
(2) George Orwell, en su obra You and the Atomic Bomb, de 1945, escribió que "los rifles, los mosquetes, las ballestas y las granadas de mano son armas inherentemente democráticas. Un arma compleja hace al fuerte más fuerte, mientras que un arma sencilla –en la medida en que no haya respuesta a la misma- da garras al débil". La idea de Murray Rothbard se puede encontrar en "La Ética de la Libertad", Madrid, Unión Editorial.
(3) Esta relación ha sido especialmente estudiada por John R. Lott en su "More Guns, Less Crime", University of Chicago Press, Chicago. Segunda edición, Julio 2000.
(4) "Los oligarcas y los tiranos desconfían de la gente, y por tanto les privan de sus armas".
(5) La causa del control de armas tiene también sus mártires. Wilhem Frick, ministro del interior del Tercer Reich, autor de la regulación que se menciona en la nota siguiente, fue ejecutado en 1946 en Nurenberg.
(6) "Queda prohibida a los judíos la adquisición, posesión y porte de armas de fuego y de munición, así como de porras y armas punzantes. Aquellos que posean armas y munición han de entregarla a la autoridad local de policía". Regulación contra la posesión de armas por Judíos, 11 de noviembre de 1938. En 1935 ya se habían iniciado los cambios legislativos en contra de la libertad de armas.
(7) Maquiavelo afirmó en El Príncipe, escrito en 1532, que "los suizos están bien armados y disfrutan de una gran libertad". Así ha sido hasta la actualidad. El mismo autor señaló que "Roma permaneció libre durante cuatrocientos años y Esparta durante ochocientos, aunque los ciudadanos estaban armados en todo momento; pero muchos otros estados que han sido desarmados han perdido sus libertades en menos de cuarenta años". Por otro lado, después de los párrafos anteriores se entiende mejor la frase de Mahatma Ganghi: "Entre las muchas fechorías que el Imperio Británico en la India, la historia mirará la de privar de armas a toda una nación como la más negra de todas ellas".
(8) Armed. New Perspectives on Gun Control. Gary Kleck & Don B. Kates. Prometheus Books, Nueva York, 2001.
(9) Robert A. Heinlein ya afirmó que "Una sociedad armada es una sociedad educada". Este ejemplo muestra cómo en una comunidad en la que los individuos pueden defenderse por sí mismos, los sectores en principio más débiles pueden contar con defensa.

El Che Guevara: una violenta, selectiva y fría máquina de matar

 
Ordenó ejecutar a decenas de personas
 
 Es posible que el Che Guevara haya estado enamorado de su propia muerte, pero mucho más enamorado estaba de la muerte de los demás. En abril de 1967 resumió su idea homicida de justicia en su "Mensaje a la Tricontinental": "El odio como factor de lucha; el odio intransigente al enemigo, que impulsa más allá de las limitaciones del ser humano y lo convierte en una efectiva, violenta, selectiva y fría máquina de matar".
 
 Sus escritos anteriores también están condimentados con esta violencia retórica e ideológica. Aunque su ex novia Chichita Ferreira dude de que la versión original de sus diarios de viaje contengan la observación "siento que mi nariz se dilata saboreando el olor acre de la pólvora y la sangre del enemigo", Guevara compartió con [su compañero en aquella aventura Alberto] Granado esta exclamación: "¿Revolución sin disparar ni un tiro? Estás loco".
 
 En otros momentos los jóvenes bohemios parecían incapaces de distinguir entre la frivolidad de la muerte como espectáculo y la tragedia de las víctimas de una revolución. En una carta a su madre, de 1954, escrita en Guatemala, donde fue testigo del derrocamiento del gobierno revolucionario de Jacobo Arbenz, escribió: "Aquí estuvo muy divertido con tiros, bombardeos, discursos y otros matices que cortaron la monotonía en que vivía".
 
 La disposición anímica de Guevara cuando viajó con Fidel Castro desde México hacia Cuba a bordo del Granma queda plasmada en una carta a su esposa escrita en 1957 y publicada en el libro Ernesto: Una memoria del Che Guevara en Sierra Maestra: "Estoy en la manigua cubana, vivo y sediento de sangre".
 
 Esa mentalidad había sido reforzada por su convicción de que Arbenz había perdido por no haber ejecutado a sus potenciales enemigos. En una carta dirigida a su ex novia Tita Infante había observado: "Si se hubieran producido esos fusilamientos, el gobierno hubiera conservado la posibilidad de devolver los golpes".
 
 No sorprende que durante la lucha armada contra Batista, y luego de la entrada a La Habana, Guevara matara o supervisara la ejecución, con juicio sumario, de decenas de enemigos del pueblo comprobados, sospechosos y de todos aquellos que se encontraban en el lugar equivocado en el momento equivocado.
 
 En enero de 1957, como lo indica su diario de Sierra Maestra, Guevara mató a Eutimio Guerra porque sospechaba que estaba pasando información: "Acabé con el problema dándole un tiro con una pistola del calibre 32 en la sien derecha. Sus pertenencias pasaron a mi poder". Más tarde mató a Aristidio, un campesino que expresó el deseo de abandonar la causa cuando los rebeldes siguieron avanzando. Aunque se preguntó si esta víctima "era de verdad suficientemente culpable como para merecer la muerte", no tuvo reparos para ordenar la muerte de Echavarría, hermano de uno de sus camaradas, a causa de crímenes no especificados: "Tenía que pagar el precio". En otros momentos simuló ejecuciones sin llevarlas a cabo, como método de tortura psicológica.

"Ante la duda, mátalo"

 Luis Guardia y Pedro Corzo, dos investigadores de Florida que trabajan en un documental sobre Guevara, han conseguido el testimonio de Jaime Costa Vázquez, un ex comandante del ejército revolucionario conocido como El Catalán, que sostiene que muchas de las ejecuciones atribuidas a Ramiro Valdés, quien más tarde se convertiría en ministro del Interior de Cuba, fueron responsabilidad directa de Guevara, porque Valdés estaba bajo sus órdenes en las montañas. "Ante la duda, mátalo" eran las instrucciones del Che.
 
 Según Costa, en vísperas de la victoria, el Che ordenó la ejecución de dos decenas de personas en Santa Clara, en el centro de Cuba, adonde había llegado su columna como parte del ataque final sobre la isla. Algunos fueron fusilados en un hotel, tal como ha escrito Marcelo Fernández Sayas, otro ex revolucionario que se hizo periodista, y quien agregó que entre los ejecutados había campesinos que se habían unido al ejército sólo para escapar al desempleo.
 
 Pero "la fría máquina de matar" no manifestó todo el alcance de su rigor hasta que, inmediatamente después de la caída del régimen de Batista, Castro lo puso a cargo de la cárcel de La Cabaña. Era una fortaleza de piedra usada para defender a La Habana de los piratas ingleses en el siglo XVIII; más tarde se convirtió en una barraca militar. De una manera que recuerda de forma escalofriante a Lavrenti Beria, Guevara fue responsable, durante la primera mitad de 1959, de uno de los períodos más oscuros de la revolución.
 
 José Vilasuso, abogado y profesor de la Universidad Interamericana de Bayamón, en Puerto Rico, quien perteneció al cuerpo que estaba a cargo de los procesos judiciales sumarios en La Cabaña, me contó: "El Che dirigió la Comisión Depuradora. El proceso se regía por la ley de la sierra: tribunal militar de hecho y no jurídico, y el Che nos recomendaba actuar con convicción. Es decir, con la convicción de que todos eran asesinos y de que la forma revolucionaria de proceder era ser implacables. Miguel Duque Estrada era mi jefe inmediato. Mi función era legalizar profesionalmente la causa y pasarla al ministerio fiscal, sin juicio propio alguno. Se fusilaba de lunes a viernes. Las ejecuciones se llevaban a cabo de madrugada, poco después de que la sentencia fuera dictada y confirmada en forma automática por el cuerpo de apelación. La noche más siniestra que recuerdo se ejecutaron siete hombres".

Sin excepciones

J avier Arzuaga, el capellán vasco que daba consuelo a los sentenciados a muerte y que presenció docenas de ejecuciones, habló conmigo desde su hogar en Puerto Rico. Ex sacerdote católico, ahora de 75 años, recordó que en la cárcel de La Cabaña "había 800 hombres hacinados en un espacio pensado para no más de 300: militares batistianos o miembros de algunos de los cuerpos de la policía, periodistas, empresarios o comerciantes".
 
 "El juez no tenía por qué ser hombre de leyes; sí, en cambio, pertenecer al ejército rebelde, al igual que los compañeros que ocupaban con él la mesa del tribunal. Casi todas las vistas de apelación estuvieron presididas por el Che Guevara. No recuerdo ningún caso cuya sentencia fuera revocada en esas vistas. Todos los días yo visitaba la «galera de la muerte», donde permanecían los prisioneros desde que eran sentenciados a muerte. Corrió la voz de que yo hipnotizaba a los condenados antes de salir para el paredón y que por eso se daban tan fáciles las cosas, sin escenas desagradables, y el Che Guevara ordenó que nadie fuera conducido al paredón sin que yo estuviera presente. Asistí a 55 fusilamientos hasta el mes de mayo, cuando me fui. Eso no quiere decir que no se siguiera fusilando. Herman Marks era un americano, se decía que era prófugo de la Justicia. Lo llamábamos «el carnicero» porque gozaba gritando «pelotón, atención, preparen, apunten, fuego».
 
 "Conversé varias veces con el Che para interceder por determinadas personas. Recuerdo bien el caso de Ariel Lima, que era menor de edad, pero fue inflexible. Lo mismo puedo decir de Fidel Castro, a quien acudí también en dos ocasiones. Yo estaba muy traumatizado y a fines de mayo me sentía tan mal que me ordenaron abandonar la parroquia de Casa Blanca, dentro de cuyos límites se encontraba La Cabaña y donde yo había celebrado misa en los últimos tres años. Me fui a México para un tratamiento. Cuando nos despedimos, el Che Guevara me dijo: «Hemos fracasado los dos. Cuando nos quitemos las caretas, seremos enemigos frente a frente»."
 
 ¿Cuántas personas fueron asesinadas en La Cabaña? Pedro Corzo calcula que alrededor de 200 personas, cifra similar a la que da Armando Lago, un profesor de economía retirado que compiló una lista de 179 nombres como parte de un estudio de ocho años de duración sobre las ejecuciones en Cuba. Vilasuso me dijo que fueron ejecutadas 400 personas entre enero y fines de junio de 1959 (momento en el que el Che dejó de estar a cargo de La Cabaña). Los cables secretos enviados por la embajada estadounidense en La Habana al Departamento de Estado en Washington hablaban de "más de 500".
 
 Según Jorge Castañeda, uno de los biógrafos de Guevara, un vasco católico simpatizante de la revolución, el fallecido padre Iñaki de Aspiazu, habló de 700 víctimas. Félix Rodríguez, un agente de la CIA que fue miembro del equipo que estuvo a cargo de la búsqueda y persecución de Guevara en Bolivia, me dijo que, tras la captura, interrogó a Guevara acerca de las "más o menos 2000 ejecuciones" de las que había sido responsable durante su vida. "Dijo que eran todos agentes de la CIA y no cuestionó la cifra", recuerda Rodríguez.
 
 El número más alto posiblemente incluye las ejecuciones que se llevaron a cabo durante los meses posteriores al momento en el que el Che dejó de estar a cargo de la prisión. Y eso nos lleva de vuelta a Carlos Santana y su muy chic remera del Che. En una carta publicada en El Nuevo Herald el 31 de marzo de este año, el gran músico de jazz Paquito D´ Rivera criticó a Santana por su atuendo en la entrega de los Oscar, y añadió: "Uno de esos cubanos fue mi primo Bebo, preso allí por ser cristiano. El escuchaba desde su celda los fusilamientos de muchos que morían gritando «¡Viva Cristo Rey!»"
 
✒ Álvaro Vargas Llosa | La Nación  | .

7.5.15

Dinero y serpientes en la Defensa de Argentina

 
 Tras una década de administración Kirchnerista en la República Argentina, poco bueno podemos mencionar como logros en materia de Defensa y Seguridad. Atravesando una de las épocas de mayor recaudación tributaria de la historia nacional y con excelentes precios en los productos de exportación, la nada es el resultado de las gestiones sucesivas en los ministerios responsables. Como alguna vez publicaron en un notorio texto, “Relatos de un Fracaso”, referido a la pésima administración de la Dra. Nilda Garré, hoy debemos hacer un balance ya en las postrimerías de este gobierno, de los resultados prácticos y reales, de la política de defensa, que magros resultados ha obtenido.
 Con un evidente desdén hacia todo lo uniformado y con un claro espíritu revanchista, los ministros de la cartera obtuvieron un demoledor palmarés, como conseguir el peor estado operacional de las Fuerzas Armadas en la última centuria, un repliegue absoluto de las mismas de nuestro Atlántico Sur y un clarísimo empobrecimiento de las capacidades de combate, no sólo ante una potencia internacional, sino simplemente frente a una banda de desarrapados. Se suma un descrédito irritante sobre el mundo castrense y del honor de sus integrantes, sí, ya sabemos que esta última palabra poco significa para la mayoría de los políticos, pero forma parte liminal de la esencia del militar. Crearon una oligarquía militante que inunda las oficinas gubernamentales con poco apego al diálogo y menos al trabajo, incrementando gastos inútiles y una burocracia espantosa, para peor incumpliendo contratos aquí y allá, debiéndole a cada santo una vela… La disciplina, elemento sustancial de las FFAA y de Seguridad, ha caído a niveles alarmantes, acicateados por una falsa filosofía de la dejadez.

 Pocos, más bien mínimos han sido los aciertos. Quizás la recuperación de algún astillero, ó cierta capacidad industrial perdida, pero rodeado todo por cinematográficas presentaciones y anuncios, que en su mayoría se difuminan en el tiempo. Tiempo que parece eterno para reconstruir  el vital rompehielos ARA “Irízar” ó producir los publicitados 40 jets  Pampa, tampoco finalmente entregados, más otros proyectos anunciados con redoblantes y con cifras millonarias en los presupuestos, pero que nunca sabemos a dónde van ó  siquiera si se cumplen los envíos dinerarios.   Lo cierto e inapelable es que el país ha perdido por completo toda capacidad disuasiva, no hablamos de los mares del sud, donde el gobierno sigue negando hipótesis de conflicto ante un enemigo que ocupa una porción de territorio nacional, sino ya en zonas limítrofes, donde los países vecinos nos han perdido el respeto inclusiva realizando intrusiones en territorio nacional sin que mediara ni siquiera un pedido de información de parte de la Cancillería y mucho menos alguna acción del Ministerio de Defensa, hablamos de casos ocurridos en la frontera con Bolivia y Paraguay.

 No tocaremos la crítica situación en el oscuro mundo de la Inteligencia, donde la intromisión política y el desmanejo profesional en esta espinosa temática nos han llevado a la indefensión absoluta y a que las redes de espionaje extranjeras, que siempre han existido pero estaban controladas, laboren con impunidad, el paciente trabajo de los profesionales durante décadas se ha perdido… Jamás las fuerzas de seguridad tuvieron tantos efectivos humanos y medios materiales, pero también jamás nuestras fronteras fueron un colador como hoy  ó la inseguridad campea en nuestras calles con un grado de violencia inusitado y creciente.

 Recuperar las capacidades perdidas por tantos años requerirá por parte de las nuevas autoridades que asuman, si es que lo hacen con buena intención, de una dosis enorme de profesionalismo, prudencia, sensatez y espíritu de grandeza. Si esta en sus planes poner en orden las cosas, también necesitará de una abultada billetera. Lo que no se invirtió por años en modernizaciones, ahora deberá gastarse directamente en nuevas compras ya que la mayoría de los sistemas, léase aviones de combate y transporte, helicópteros, buques de todo tipo y casi todo el material terrestre no solo se encuentra desactualizado totalmente frente a sus pares de la región y con un bajísimo nivel de disponibilidad, si no que presenta un factor de riesgo para su operación.


 No hay más incidentes aéreos y navales porque simplemente se vuela poco y navega menos, la operación de muchos sistemas ya es riesgosa para nuestro personal y eso es inadmisible.

 También deberá mejorar las relaciones exteriores, ya que nuestro prestigio esta por el suelo y nos resulta difícil conseguir una financiación adecuada, en realidad casi nadie nos da crédito. Como vemos, quien llegue a la administración central deberá casi empezar de nuevo en todo. El daño producido a la Defensa Nacional ha sido terrible y las secuelas se vivirán por años, para peor muchos de causantes del fracaso quedarán en el Estado, escondidos en los pliegues de la administración como serpientes, destilando veneno y boicoteando a los nuevos que incautos, dejen estos monstruos tras de sí.
 
✒ Luis Piñeiro (corresponsal de Grupo Edefa en Argentina) | Defensa.com | Martes 5 de mayo de 2015.